Tábara Zerna, Enrique (1930-2021).
Pintor ecuatoriano, nacido el 21 de febrero de 1930 en Guayaquil y fallecido el 25 de enero de 2021 en Buena Fe. Es tenido por algunos críticos como el pintor ecuatoriano más creativo en la segunda mitad del siglo XX. Hijo de padre peruano y de madre ecuatoriana, realizó sus estudios primarios en la escuela Vicente Rocafuerte, y ya desde sus primeros años manifestó un gran interés por el dibujo, de forma que al cumplir quince ganó el Primer Premio en el Concurso Interescolar de Dibujo, con el tema Hombre picado por mosquito que sorprendió.
En 1946, entró a la escuela de Bellas Artes donde tuvo como profesor de pintura al alemán Hans Michaelson. Se retiró de la escuela en 1950, y residió unos meses en Esmeraldas donde siguió pintando ambientes marinos y mujeres, en una línea de fuerte realismo social, marcadamente expresionista.
La primera exposición importante para el pintor fue la que hizo en Guayaquil en diciembre de 1951. La muestra fue visitada por Oswaldo Guayasamín, quien en son de elogio comentó: "En Ecuador hay dos pintores: Tábara y yo". Esta primera etapa se caracteriza por la presencia de personajes marginados, como prostitutas, que a veces resultan groseros. Por eso, fue muy criticada la decisión de Benjamín Carrión de adquirir dos cuadros de Tábara para la Casa de la Cultura en Quito y Guayaquil. Según el propio pintor, fue decisivo para su vida artística el encuentro con el crítico uruguayo Arístides Meneguetti, el cual manifestó en varias oportunidades que la pintura de Tábara representaba el camino de la nueva pintura americana. Este encuentro coincidió con la concesión de una beca, por parte del presidente Velasco Ibarra, para estudiar en España.
Radicado en Barcelona, entró en contacto con el informalismo del grupo dirigido por Antoni Tapies. Su pintura en esta época rebasa los límites de lo geométrico pero sin renunciar a su apasionada búsqueda de los motivos enraizados con las tradiciones de su patria. En España, una vez que finalizó su beca, trabajó como restaurador de muebles y siguió estudiando. Las continuas exposiciones tanto en España -Sarriá, Madrid, Barcelona-, como en otras ciudades de Europa -París, Munich, Milán, Lisboa, Bremen- le fueron granjeando una bien merecida fama, ya que los motivos precolombinos eran muy apreciados.
Hacia 1960, sin pretenderlo, se vio formando parte del grupo Informalista Español. También en este año el suizo George Kasper, dueño de una galería de arte en Lausana, lo contrató por cinco años para promover y vender en exclusiva sus cuadros. Aceptó el compromiso, pero tuvo que romperlo poco después porque su esposa -la española Esther Villalba Porta- no se acostumbró a vivir en Suiza. Tras una exposición en Washington, regresó definitivamente a Guayaquil en 1964. Al año siguiente expuso en el Centro Norteamericano de Quito. Esta exposición suscitó fuerte polémica, pues algunos le acusaban de no hacer arte americano; no obstante, muchos artistas habían comenzado a seguir sus pasos pintando al estilo precolombino.
En 1967 ganó el I Premio en el Salón de Julio, con obras que marcaban una vuelta al informalismo. Como un reconocido homenaje, en 1975 el Banco Central del Ecuador organizó una muestra retrospectiva de su obra. Tábara llamó a esta muestra La persistencia de una imagen, haciendo referencia a su insistencia en el empleo de las pata-pata, es decir, la utilización, más o menos estilizada, de las extremidades inferiores del hombre, para crear a través de ellas un universo táctil. A mediados de la década de 1980 introdujo en sus composiciones de pies y piernas elementos como hojas y árboles, que el crítico Hernán Rodríguez Castelo interpreta como un retorno a la naturaleza después de lo humano. Tábara se distinguió en todo momento por un apasionado rigor de búsqueda, al margen del círculo comercial.