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FilosofíaReligiónBiografía

Alejandro de Hales (1185-1245).

Teólogo y filósofo inglés, nacido en Hales, en 1185, y muerto en París. En 1231, siendo maestro de teología en París, ingresa en la orden de san Francisco, convirtiéndose en el iniciador de la escuela franciscana. La crítica lo considera autor de las siguientes obras: Exoticon (una especie de vocabulario de palabras difíciles); algunos Sermones; Glossa in quattuor libros Sententiarum (descubierta en 1946); Quaestiones et quodlibeta. También aparece su nombre en la monumental Summa theologica. En ésta se recoge la doctrina platónico-agustiniana que regía en las escuelas antes de la introducción del aristotelismo y constituye uno de los grandes intentos de conciliación de las dos grandes orientaciones. Alejandro, siguiendo las pautas de san Anselmo y de Abelardo, llega al pleno concepto de teología como ciencia de la Revelación. Además de basarse en la Escritura y en los Padres, lo hace también en la filosofía pura. Con él, el método escolástico logra su entramado perfecto. Filosofía y teología son distintas, pero coordinadas entre sí.

Profundo metafísico, Alejandro se muestra también muy versado en lógica y dialéctica. El objeto de la metafísica es "ens actu unum, quod est substantia prima, a qua omnia dependent". Expone la teoría del hilemorfismo universal, según la cual todos los seres creados están compuestos de materia y forma. Alejandro defiende que es metafísicamente imposible que el mundo sea eterno. Rechaza la teoría de muchos platónicos, según la cual Dios no sería otra cosa que el alma del mundo.
También se ocupó de la sicología. El alma es la forma intelectiva del cuerpo humano y está compuesta de materia y forma. Es semejante a Dios en cuanto es una esencia con tres facultades (memoria, entendimiento y voluntad). En los problemas del conocimiento trata de conciliar a Aristóteles, Agustín, Avicena y Juan Damasceno. La verdad es "adaequatio rei ad intellectum". El conocimiento deriva del proceso de abstracción, puesto en acción por el intelecto ante los datos sensibles.
En teodicea, valora al máximo el elemento afectivo en el proceso del conocimiento de Dios. Existe una cognición habitual de Dios "naturaliter nobis impressa". La idea de la bondad está en la base de la teología natural de Alejandro, la cual impulsa a toda criatura a llenarse de la bondad de Dios.
La Summa ofrece amplias enseñanzas sobre ética. La obligación se deriva de la orientación impresa por Dios a las cosas y a la naturaleza humana. El bien y el mal deben ser medidos en relación al sumo e inmutable Bien. La conciencia es un habitus que se apoya en la sindéresis, la cual tiene la misión de estimular el bien.
Las tesis de la Summa fueron recogidas y pulidas por San Buenaventura y gozan aún hoy día de gran simpatía entre los estudiosos católicos.

Autor

  • Cipriano Camarero Gil