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PolíticaReligiónBiografía

Ximenes Belo, Carlos Felipe (1948-VVVV).

Obispo católico salesiano de la diócesis de Lorium, administrador apostólico de Dili, capital de Timor Oriental, y Premio Nobel de la Paz 1996, nacido el 3 de febrero de 1948 en el poblado arrocero de Wailacalma, Bacau, Timor Oriental.

Tras cursar estudios primarios en Bacau, ingresó en 1962 en el seminario Menegah de Dili. Tenía catorce años y su vocación no estaba muy definida. En un principio quiso ser jesuita pero su padre espiritual le advirtió de que en la Compañía de Jesús no se permitía ser obispo, por lo que decidió ingresar en el seminario de los Salesianos de Ossu (Timor Oriental). Luego pasó al seminario menor de Dare, en las afueras de Dili, en el que se graduó en 1968. Más tarde se trasladó al seminario de Manique, en Portugal, y estudió Teología en Estoril. Después completó estudios en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma. Este último período de formación coincidió con los años 1969 a 1981, exceptuando la etapa de 1974 a 1976 en la que ocupó destinos pastorales en Timor Oriental y en el colegio salesiano D. Bosco, de Macao. Fue ordenado sacerdote y cantó su primera misa el 26 de julio de 1980 en Lisboa. En 1983 el Papa Juan Pablo II le nombró administrador apostólico en Dili, puesto que depende directamente del Papa. En 1988 fue ordenado obispo de la diócesis extinta italiana de Lorium, en Lazio, pero sin dejar sus responsabilidades como administrador de la de Dili.

Un hecho marcó su vida y toda su labor posterior. En 1975, Indonesia tomó el control de la antigua colonia portuguesa de Timor Oriental, y comenzó una etapa de opresión para los habitantes de estas tierras. Se estima que en los años siguientes murió alrededor de un tercio de la población por desnutrición, epidemias y otros males propios de la guerra. Ximenes Belo, que ya por aquel entonces era una de las personalidades más representativas del país, aún a riesgo de perder su vida, trató de proteger a la gente de las injusticias de aquellos que tenían el poder. Sus esfuerzos para crear un sistema más justo, basado en los derechos humanos, le convirtieron en portavoz de la no violencia durante el diálogo que tuvo lugar con el régimen del general Suharto, para encontrar una solución diplomática que llevara a buen fin la solución del conflicto.

Ximenes acostumbraba a visitar los poblados controlados por el ejército indonesio y en los que las mujeres eran maltratadas y violadas. El obispo, gran defensor de los derechos humanos, comenzó así a denunciar la situación a través de la predicación y cartas pastorales. Desde entonces, ha llevado a cabo una crítica moderada pero sistemática de la presencia militar indonesia en la isla y ha contribuido a confeccionar listas de desaparecidos y a dar conocimiento de los abusos que se estaban cometiendo.

En mayo de 1989 provocó la ira de las autoridades de Indonesia por una carta que envió al entonces secretario general de Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, pidiendo que la ONU iniciara un proceso de descolonización mediante la celebración de un referéndum en Timor Oriental. Ximenes no recibió respuesta.

El obispo de Dili es un hombre perseguido. Su fax y su teléfono están intervenidos y le siguen allí donde va. Tanto es así, que desde el supuesto intento de envenenamiento del ex gobernador de Timor Oriental, Mario Carrascalao, ocurrido en noviembre de 1991, Ximenes Belo rehúsa comer nada que no sea preparado por su personal. Incluso, en marzo de 1995, llegó a acusar al Ejército de Indonesia de querer asesinarle en tres ocasiones.

Su gran lucha por conseguir la paz y la justicia en su tierra le valió, el 11 de octubre de 1996, la concesión del Premio Nobel de la Paz, que compartió con el representante en Europa del movimiento de independencia de Timor Oriental, José Ramos-Horta. Ambos fueron premiados por “su larga labor en busca de una solución pacífica al conflicto de Timor Oriental”.

Autor

  • lu / Sánchez