Urceloy, Jesús (1964-VVVV).
Poeta español, nacido en Madrid en 1964. Su temprana vocación literaria se manifestó en un constante proceso de creación poética y dramática que, a pesar de su innegable calidad, apenas despertó el interés de las empresas editoras. Así, Jesús Urceloy se convirtió en uno de tantos autores inéditos que, desesperados por las dificultades halladas a la hora de difundir sus obras, estuvo a punto de abandonar la escritura al poco tiempo de haber cumplido la treintena. Para aquel entonces, su producción contaba ya con cuatro interesantes volúmenes de poesía, todos ellos inéditos, titulados Libro de los salmos (1985-1997), Alauda (1995), Poemas negros (1996) y La música detenida (1997); y con dos piezas dramáticas también inéditas y nunca representadas: Trilogía breve (1993) y Abril (1995), obra que había merecido una beca de creación literaria otorgada por la Comunidad Autónoma de Madrid.
A comienzos de 1997, "harto de ser accésit y recibir menciones en página par y harto de que los editores me pidieran aranceles para paliar mi condición de inédito", Jesús Urceloy decidió abandonar el cultivo de la literatura. Para despedirse de su afición, se enfrascó en la escritura de una última y definitiva entrega poética, titulada La profesión de Judas, un poemario que rompe con el tono y las formas habituales en la lírica española contemporánea para abarcar, desde su extraordinaria amplitud de poema-libro, la peripecia física y emocional de un guardia jurado en el transcurso de las veinticuatro horas de un día cualquiera de su vida (a la sazón, Urceloy trabajaba como vigilante de seguridad). El resultado fue una obra espléndida, un manifiesto que, desde el desencanto y la rebeldía callada, desde el desprecio hacia un trabajo aborrecido -pero necesario- y hacia las servidumbres de la vida actual -el trabajo, las obligaciones económicas, las ataduras familiares, etc.-, persigue la redención del ser humano a través de la poesía: "He dejado en la silla la porra, los correajes, / la insignia reluciente que me anuncia oprimido, / y he echado sin mirar al canasto de la ropa, / como si el acto del aseo / pudiera lavar las veces que hoy he inclinado la cabeza, / el sudor que mi mano recogía al ocultarme, / como si el rito del aseo / me librara del asco y me acercara a la desobediencia, / y el agua golpeando mis ojos / sanara el corazón y vistiera mi rostro con el sudario de la poesía". La gravedad con que refleja su dolor, sus miserias y sus angustias, y la compasión con que se acerca a quienes se hallan en situaciones similares convierten La profesión de Judas en un bello y rotundo alegato en favor de la dignidad humana.
Bibliografía.
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CORREYERO, Isla. Feroces. Radicales, marginales y heterodoxos en la última poesía española (Barcelona: DVD ediciones S.L., 1998).
