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PinturaBiografía

Saura, Antonio (1930-1998).

Antonio Saura.

Pintor español, nacido en Huesca en 1930 y fallecido en Cuenca el 22 de julio de 1998. Autodidacto, se nutrió de importantes lecturas y comenzó a pintar en 1947, durante una larga enfermedad. Toda su adolescencia y primeros años de actividad artística se desarrollan en Madrid y, a partir de 1953, reside largas temporadas en París. Viaja por Europa y América, pero nunca deja de tomar contacto con lo español a través, sobre todo, de Madrid, Zaragoza y especialmente Cuenca, ciudad esta donde tiene uno de sus más activos estudios.

Ha recibido varios premios, entre ellos, en 1960 el Guggenheim, en 1964 el Carnegie, en 1966 el Gran Premio de la Bienal de Lugano y en 1968 el Primer Premio de la Bienal de Menton.

Antonio Saura inicia su carrera pictórica dentro de la tendencia surrealista. Sus primeras obras -elaboradas en el lecho- son pequeñas y primorosas de ejecución; su producción se desarrollaba dentro de un mundo soñado y finamente colorista, de ejecución trabajada como una joya, con minuciosa pincelada y bien fundidos empastes de color.

Esa primera etapa donde, naturalmente, aparecían influencias de algunos de los grandes surrealistas, dio paso a una etapa mucho más libre pero siempre fantástica y surreal, de la cual pueden ser ejemplo obras como El Cementerio de los Suicidas.

Lo abstracto aparece cada vez con más intensidad y las cosas se transforman en vagas formas o en ambivalencias bien acusadas, como en Piedra, Luna, Cielo. Así están las cosas en torno a 1950, pero muy pronto las formas irán deshaciéndose cada vez más para abandonar la figuración y olvidar lo surreal. Así desembocará, con el abandono de la figuración, en la creación de una pintura de mancha y de gesto en la que la representación desaparece y, que con intensa potencia y a veces barroco dramatismo, irá a plasmarse en una serie de intensos informalismos, que serán los que en 1957 hará presente el grupo "El Paso".

El grito nº 7, de Antonio Saura (1959).

La actitud de Saura en este momento crea una evidente tensión y plantea una vigorosa transformación en el arte español del momento, y llega así el triunfo definitivo de lo informal en la pintura española. Pero pronto Saura va a volver a una desgarrada y dramática figuración, bien triturada y deformada, en la que aparecen gestos y manchas de monstruos y carátulas, con los que apunta hacia un mundo expresivo, no ajeno a la sátira histórica y social, como él mismo apoyará en sus escritos.

Toda esta etapa, donde con frecuencia las series sobre determinados temas o personajes se reiterarán y donde aparecerá el sangriento retrato ironizado y momificado de los grandes mitos del pasado o el presente, irá a concluir en un ambiguo juego de figuraciones yuxtapuestas en las que emplea, en una forma muy peculiar de collage, elementos procedentes de fotografías o revistas, sobre las cuales ha buscado, pintado algunos detalles, subrayado algunas líneas o deformado algún aspecto, llega a ofrecernos como el interior y exterior, anverso y reverso, o pasado y futuro de lo seres o de las cosas, con lo que la expresión y caricatura se hacen también metafísica.

Es necesario hacer notar que en las obras juveniles de Saura el color era muy importante, lo fue más aún en las transitivas, para ser abandonado en el momento de "El Paso" en favor de orientaciones monocromas, ensamblando la sobriedad en el empleo de los colores con el barroquismo de las formas; esa monocromía es fundamentalmente de blancos y negros con grises, de los que saca fuertes y violentas cualidades dramáticas expresivas, como en sus crucifixiones. Pero a partir del momento de los collages el color aparecerá, aglutinado a la gama de los grises también la de los ocres y castaños, tanto en los collages propiamente dichos como en las pinturas que, sin abandonar la severidad de su gama colorística, empiezan de nuevo a salir del sombrío círculo del negro y el blanco.

Entre los museos donde podemos encontrar su obra señalaremos los siguientes: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid; Museo de Arte Contemporáneo, Sevilla; The Museum of Modern Art, Nueva York; Carnegie Institute, Pittsburg; Tate Gallery, Londres; Centre Georges Pompidou, París; y Cabinet des Estampes, Bibliotheque Nationale, París.

En 1997 fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Castilla-La Mancha.

Entre las retrospectivas que de su obra se han realizado después del fallecimiento del artista, destaca la realizada por la Fundación Juan March de Madrid en abril de 2005, en la que se expuso 117 obras bajo el lema "Saura. Damas". En ellas se pudo admirar la evolución del empeño de Saura durante 48 años por descifrar la profundidad del cuerpo femenino.

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