Rodríguez Villa, Antonio (1843-1912).
Erudito, historiador y archivero español nacido en Madrid el 17 de enero de 1843 y fallecido en la misma ciudad el 3 de mayo de 1912. Tras superar brillantemente los cursos de bachillerato, comenzó sus estudios en la Escuela de Diplomática, donde destacó por su curiosidad por los manuscritos y documentos de la Edad Media y la Edad Moderna. Este primer período de estudios de alto nivel finalizó en el año 1866, cuando Rodríguez Villa obtuvo el grado de archivero bibliotecario. Durante los años siguientes comenzó a cursar la carrera de Filosofía y Letras en la entonces Universidad Central de Madrid (hoy Complutense); se licenció en el año 1868.
Rodríguez Villa comenzó a trabajar en el Museo Arqueológico Nacional, pero rápidamente lo abandonó gracias a una recomendación de otro de los grandes eruditos del siglo XIX, Pascual de Gayangos, que lo requirió para realizar el catálogo de manuscritos españoles existentes en la British Library del Museo Británico (Londres). La encomiable realización de esta tarea dispensó a Rodríguez Villa cierto prestigio como editor de textos, por lo que de nuevo en 1870 logró una subvención del Gobierno hispano para establecerse una temporada en la capital francesa, con objeto de transcribir y publicar la Historia de Felipe II de Luis Cabrera y Córdoba, cuya segunda parte se hallaba inédita en un único manuscrito que reposaba en la Biblioteque Nationale de París. Éste fue su primer acercamiento a la época del poderoso rey español, a quien también dedicaría su traducción de la obra pionera del holandés Henry Cock, Viajes de Felipe II (1871).
De regreso a España, su prestigio fue en aumento, como lo demuestra el que se alzase con la cátedra de Historia de España en la Edad Media en la Universidad Central, así como el puesto de Director de Bibliografía de la Escuela Diplomática. Su tarea investigadora derivó hacia la Edad Media en 1881, con la publicación del más completo estudio biográfico sobre uno de los personajes centrales del siglo XV castellano: Bosquejo biográfico de Beltrán de la Cueva, primer Duque de Alburquerque. Al año siguiente, un nuevo estudio sobre Juana la Loca lo consagraría como uno de los máximos conocedores de los difíciles entresijos del tránsito entre los siglos XV y XVI. Como colofón a su tarea investigadora, en 1893 fue nombrado académico numerario de la Real Academia de la Historia. Su discurso de recepción, una extraordinaria semblanza biográfica del general Spínola, todavía constituye una obra de consulta expresa para cualquier interesado en el tema. Después de ocupar diversos cargos, en 1910 fue nombrado Bibliotecario perpetuo de la Real Academia de Historia, justo premio a quien había sido director de la biblioteca del citado organismo durante muchos años, puesto desde donde prestó un inmejorable servicio a la comunidad académica. Hasta el último pulso de su péñola siguió publicando libros y estudios de diversa índole, sobre todo en el Boletín de la Real Academia de Historia y en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos.
Otras obras suyas destacadas son: Memorias para la Historia del asalto y saqueo de Roma en 1527 (1875), Don Cenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada (1878), los cuatro volúmenes de El teniente general don Pablo Morillo, primer conde de Cartagena (1909), la edición de la obra de Baltasar Porreño, Historia de don Juan de Austria (1891) o su última obra editada, las Crónicas del Gran Capitán (1910). Como puede observarse, en las publicaciones de Rodríguez Villa sobresalen unos estudios biográficos que, pese a estar realizados desde el prisma heroicizante de la historiografía positivista del siglo XIX, son todavía utilísimos para el historiador actual por la escrupulosidad, erudición y objetividad de los datos manejados por el autor.
