A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PolíticaHistoriaBiografía

Pérez, Antonio (político español, 1534-1611).

Político y escritor español. Nació en Madrid el 6 de mayo de 1540 y murió en París el 3 de noviembre de 1611. Hijo natural de un secretario de Felipe II, pero educado en varias universidades europeas, entró en la corte como protegido del príncipe de Éboli, donde fue iniciado por su padre en el manejo de asuntos de Estado. En 1568 el rey le nombró secretario (ya lo era, interino, desde 1566) y depositó en él su confianza. Durante una década tuvo gran influencia sobre Felipe II, al que manejó en su provecho en algunos asuntos. Fue seguramente responsable de la muerte de Juan de Escobedo, secretario de Juan de Austria (1578), y para investigar su participación y también el mal uso de su puesto fue encarcelado el año siguiente.

Permaneció en prisión hasta 1590, cuando huyó y se refugió en Zaragoza, acogiéndose a los fueros aragoneses. Felipe II se sirvió de la Inquisición para capturarlo de nuevo, pero los zaragozanos, celosos de sus fueros, acabaron por liberarle. Mientras un ejército real sofocaba la rebelión, Antonio Pérez huyó a Francia (1592). Desde Pau trazó un fracasado plan de invasión de España, tras lo cual se trasladó a Inglaterra (1592-1595). Volvió luego a Francia, donde sirvió al rey Enrique IV, tramando nuevos ataques contra Felipe II. Quiso finalmente volver a España, pero sus peticiones de perdón a Felipe III (sucesor de Felipe II) no fueron atendidas y murió en el exilio. Sus escritos fueron utilizados para difundir la "leyenda negra".

Educación e ingreso en la corte de Felipe II

Era hijo de Gonzalo Pérez, secretario de Felipe II (y posiblemente ya por entonces clérigo), y de Juana Escobar y Tobar, quizá casada y natural de la madrileña población de Torrejón de Velasco. Fue legitimado el 4 de abril de 1542 como reconocimiento del rey al buen servicio de su padre como secretario. Pasó la niñez en la aldea de Val de Concha (cerca de Pastrana, Guadalajara), perteneciente a Ruy Gómez de Silva, duque de Pastrana y señor de Éboli, a quien a veces se ha atribuido la paternidad de Antonio Pérez.

A los doce años, su padre, que quiso darle buena formación, le envió a la Universidad de Alcalá. Después pasó a otras universidades europas, las de Lovaina (Flandes), Venecia y Padua (Italia) y, de nuevo en España, la de Salamanca. Su estancia en Italia, donde se extendían con rapidez las ideas humanistas, le influyó profundamente, dándole gran formación. A ello añadía inteligencia, laboriosidad, una buena presencia física y conversación agradable, maneras diplomáticas, un considerable orgullo y vestir ostentoso.

El príncipe de Éboli, que le conocía desde que se había criado en sus tierras, le introdujo ahora en la corte; ello le situaba automáticamente en el partido de aquel en oposición al que encabezaba el duque de Alba. Era así apoyado por grandes familias como los Mendoza, los Medina de Rioseco y los Vélez. Su padre, por su parte, le ayudó con su experiencia, y le enseñó a manejar los asuntos de Estado.

Antonio Pérez, secretario de Felipe II (1568-1578)

Al morir Gonzalo Pérez el 26 de abril de 1566, Antonio fue nombrado Secretario de Estado interino. No obstante, tuvo menos competencias que su padre, pues Mateo Vázquez, otro secretario del rey y agente del duque de Alba, logró de Felipe II que los asuntos alemanes y flamencos los tuviera Gabriel Zayas. Antonio Pérez quedó encargado sólo de los italianos. Además, su nombramiento oficial aún tuvo que esperar hasta el 17 de julio de 1567, y la toma de posesión un año más (el 17 de noviembre de 1568); para poder hacerlo el rey le exigió contraer matrimonio con Juana Coello (3 de enero de 1568) y dar un orden a su vida, poco dada a austeridades.

A pesar de estas dificultades iniciales, sus convincentes modales se ganaron pronto la confianza de Felipe II, lo que él aprovechó para conocer a fondo la personalidad del monarca y emplearlo en su propio provecho. Además, los graves sucesos que el rey sufrió ese año, tanto familiares (conspiración y muerte de su hijo el príncipe Carlos y de su esposa Isabel de Valois), como de Estado (levantamiento morisco en las Alpujarras y fuertes tensiones en los Países Bajos), le hicieron un hombre reservado, lo que facilitó el ascenso de influencia de Antonio Pérez. Cuando en 1573 murió el príncipe de Éboli, él mismo pasó a encabezar el partido ebolista.

Ejemplo de esa gran influencia fue el recelo que Felipe II adquirió respecto a su hermanastro Juan de Austria, al que Antonio Pérez presentaba como ambicioso; su consejo tuvo gran importancia en la marcha de Juan de Austria a Flandes como gobernador (1576), para alejarlo de este modo de la corte. Igualmente, cuando éste envió a Madrid a su secretario y hombre de confianza Juan de Escobedo como contacto con el rey, se dedicó a encizañar las conversaciones de ambos.

El asunto Escobedo y el encarcelamiento de Antonio Pérez (1578-1590)

El 31 de marzo de 1578 Escobedo, después de varios intentos de envenamiento, fue asesinado por unos espadachines en Madrid (junto a Santa María de la Almudena). Los rumores populares hicieron responsable a Antonio Pérez, cuyos amores secretos con Ana de Mendoza y de la Cerda, princesa de Éboli, habría descubierto Escobedo; así, para asegurarse de su silencio, lo había hecho matar. Posiblemente Antonio Pérez era instigador del crimen, pero por diferente motivo: lo que aquel sabría sobre él era la venta oculta de secretos de Estado, que también beneficiarían a la princesa. Otra posible hipótesis es que Felipe II creyó las difamaciones de su secretario hacia su hermanastro y consintió en hacer desaparecer a Escobedo.

En cualquier caso, los mismos familiares de Escobedo y también los enemigos de Antonio Pérez solicitaron su castigo como culpable. Felipe II no tomó ninguna decisión sobre este asunto hasta más de un año después: el 28 de julio de 1579 ordenó encarcelar a Antonio Pérez y a la princesa de Éboli. Curiosamente, Antonio Pérez, en arresto domiciliario, no dejó de trabajar hasta años despúes (1584), cuando el rey hizo abrir dos procesos contra él, uno para aclarar la muerte de Escobedo y otro como acusado de prevaricación.

Juzgado por Rodrigo Vázquez, presidente del Consejo de Hacienda, fue condenado por lo segundo a diversas penas de prisión y a pagar una fuerte multa, mientras continuaba cursándose el primer proceso. Pasaron varios años más de prisión, en los que tras tortura confesó haber dado muerte a Escobedo, pero siguiendo en ello las órdenes del rey. El 19 de julio de 1590 logró escaparse de la cárcel de Madrid disfrazado de mujer con vestidos que le proporcionó su esposa.

La huida a Aragón y los sucesos de Zaragoza (1590-1591)

Viajó entonces hasta la localidad aragonesa de Calatayud, donde se acogió a sagrado en el convento de dominicos del lugar. Cuando los oficiales de Felipe II pudieron sacarle, él se declaró aragonés (su familia provenía de Monreal de Ariza) acogiéndose al "Fuero de la Manifestación", por lo que de acuerdo con las leyes locales debieron entregarlo al Justicia de Aragón. El rey, que carecía de medios legales para hacerse con él, se sirvió de la Inquisición, que en esta ocasión actuó claramente como instrumento político. Antonio Pérez fue acusado de herejía, siendo reclamado el 13 de mayo de 1591 por el tribunal inquisitorial de Zaragoza, que lo encerró en sus prisiones de la Aljafería.

El hecho fue aprovechado por revoltosos aragoneses para proclamar que se habían violado los fueros y exigir la liberación del detenido. La multitud atemorizó al virrey y al arzobispo, que aceptaron el regreso de Antonio Pérez a las cárceles forales, aunque aún bajo jurisdicción inquisitorial; el traslado se hizo en medio de las aclamaciones de la multitud. Los cuatro meses que el ex-secretario real pasó todavía en prisión los aprovechó hábilmente para estimular la animosidad popular contra el rey y la Inquisición. Se constituyó el llamado "partido de la libertad", al que se adhirieron nobles autonomistas, clérigos y religiosos, y campesinos.

Felipe II, cansado de las dificultades que encontraba para hacerse con Antonio Pérez, concentró en Ágreda (Soria) un ejército comandado por Alonso de Vargas, para hacer fuerza ante los foralistas. Ordenó después el traslado del encausado de nuevo a la Aljafería, y para que así se hiciese se llevaron a cabo los trámites administrativos y reuniones institucionales correspondientes. Antonio Pérez, para evitar su regreso a la Aljafería o que fuese muerto donde estaba, trató de fugarse de su celda serrando los barrotes, pero fue descubierto.

Por fin, el traslado se fijó para el 24 de septiembre de 1591. Los 2.000 hombres del gobernador se apostaron a lo largo de todo el recorrido; no obstante, los revoltosos, dirigidos por Martín de Lanuza, Gil de Mesa y Juan de Torrellas, atacaron el coche que debía hacer el traslado. Muchos soldados se unieron a ellos y lograron que los guardianes les entregasen a Antonio Pérez. Fue llevado a casa de Diego de Heredia hasta la tarde, cuando fue sacado de Zaragoza por la puerta de Santa Engracia. Recorrieron una treintena de kilómetros hasta Bárboles, pero Antonio Pérez estaba enfermo y tuvieron que regresar, ocultándose en casa de Martín de Lanuza.

El rey envió al ejército de Ágreda contra la ciudad, que había sido abandonada por las autoridades. Esto suponía el quebrantamiento, ahora sí, de los fueros, como dictaminaron varios juristas consultados por la Diputación aragonesa, y los zaragozanos se dispusieron a resistir a Felipe II. El Justicia de Aragón, el recién nombrado Juan de Lanuza, solicitó ayuda a las ciudades aragonesas, al reino de Valencia y al principado de Cataluña (los territorios de la Corona de Aragón), e incluso instó a los moriscos a sublevarse. El Justicia y Juan de Luna, diputado de la nobleza, salieron al encuentro del ejército real, que ya había entrado en Aragón (8 de noviembre); sin embargo, abandonaron a sus hombres y se juntaron con los otros dos jefes de los rebeldes, el duque de Villahermosa y el conde de Aranda, en Épila. Las fuerzas fueristas, sin dirección, se disolvieron y el ejército de Alonso de Vargas entró en Zaragoza (12 de noviembre) sin combatir.

El exilio: primera estancia en Francia y en Inglaterra (1592-1595)

Antes de esto, Antonio Pérez había salido de ella el 10 de noviembre, dirigiéndose hacia Francia. Desde Sallent (Barcelona), donde había llegado el 16, escribió a Catalina de Bearn (hermana de Enrique de Navarra, el futuro rey francés Enrique IV), pidiéndole que le acogiese. La noche del 23 de noviembre cruzó la frontera, mientras se ofrecía una recompensa por su captura y en Zaragoza era condenado en rebeldía por la Inquisición (también se aprovechó una posible ascendencia judía) y condenado a ser quemado en efigie, además de ser confiscados sus bienes y sus descendientes imposibilitados de ocupar cargos públicos. La sentencia se ejecutó en Zaragoza el 20 de octubre de 1592.

Antonio Pérez, por su parte, se había establecido en Pau, la capital bearnesa, no lejos de la frontera con España. Vivió unos días con un militar y luego en la Casa de la Moneda. Con otros exiliados españoles, como Martín de Lanuza, organizó un plan de invasión de España; obtuvo incluso unas centenas de soldados de Enrique de Navarra (protestante), que entraron en el país a principios de febrero de 1592, ocupando algunos pueblos. Pero Felipe II estaba enterado de todo y los hizo volver a Francia fácilmente, capturando a algunos.

El fracaso movió a Antonio Pérez a ofrecerse a Isabel I de Inglaterra (abril de 1592), país al que se trasladó poco después tras entrevistarse en Tours con el rey francés Enrique IV (a quien sugirió sublevar a los moriscos). Se alojó en el Colegio de Eton, en Londres, pero nunca fue visto con simpatía por la reina inglesa. En 1594 publicó allí sus Relaciones, material que luego emplearon los numerosos enemigos de España para difundir la llamada "leyenda negra", sistemática campaña de difamación contra este país que mostraba una historia reinterpretada partidariamente o simplemente inventada. Las Relaciones fueron impresas quizá con ayuda de Robert Devereaux, conde de Essex, que además escuchó sus nuevos planes de invasión de España, esta vez por mar (en 1596 una escuadra inglesa comandada por Charles Howard atacó Cádiz, y popularmente se pensó que Antonio Pérez iba en ella).

La segunda estancia en Francia (1595-1611)

En abril de 1595 regresó a Francia, llamado por Enrique IV. El 10 de septiembre entró en París, donde fue muy bien recibido y consultado por altos personajes y embajadores, franceses y europeos, siempre con el objeto de atacar a Felipe II. Así, dedicado a imaginar numerosos planes de invasión, normalmente irrealizables (como el que pretendía tomar Nápoles y entregarla a los ingleses, que luego deberían aliarse en el Mediterráneo con los turcos), fue nombrado consejero por el rey francés.

Sin embargo, en 1597 los franceses perdieron Amiens, y a cambio de recuperarla firmó con Felipe II la Paz de Vervins (mayo de 1598). De esto, y de los fracasos ingleses en el Atlántico, se culpó a Antonio Pérez, que veía próxima su caída en desgracia tanto en Francia como en Inglaterra. Trazó así un plan que le permitiera volver a España: que Enrique IV solicitase el perdón del rey español para él, mientras Felipe II pediría lo mismo para un refugiado francés en Flandes, el duque de Aumale. Pero el asunto no fue tratado por los monarcas.

Ya muerto Felipe II, el embajador francés, conde de Rochepot, pidió clemencia a Felipe III. Su familia, que ya estaba en libertad, recibió mejor trato, pero él no fue perdonado, ya que los ataques que había planeado y libros que había escrito contra Felipe II y España suponían una auténtica traición y un grave impedimento. Aún concibió esperanzas de volver a España y ver a su familia cuando murió Isabel I y su sucesor Jacobo I negoció con Felipe III (1603). Estuvo en Inglaterra para entrevistarse con el ministro Robert Cecil, pero se le obligó a dejar el país.

Todavía pidió a España que se le concediese una pensión, aunque se le enviase al extranjero; se le negó, pues los consejeros de Felipe III eran opuestos totalmente al perdón. Recibió en 1608 la visita de su hijo mayor, convenciéndose entonces de que todos sus intentos eran inútiles. Casi septuagenario, solicitó ser readmitido en la Iglesia, falleciendo en París (noviembre de 1611) antes de que la Inquisición examinase su caso. Fue enterrado en el convento de los Celestinos de esa ciudad. Unos años más tarde, en 1615, sus hijos lograron que se suprimiese su condena como hereje. Además de las Relaciones escribió El arte de gobernar (1598, dirigido a Felipe III); Pedazos de historia (1599); Aphorismos del libro de las Relaciones (1603) y numerosas cartas.

Bibliografía

  • A Spaniard in Elizabethan England. The correspondence of Antonio Perez's exile. Recogida por Gustav Ungerer. 2 vols. (Londres, Tamesis: 1974-1976).

  • GARCÍA MERCADAL, J. Antonio Pérez, secretario de Felipe II; una vida borrascosa. (Madrid, Morata: 1943).

  • GONZÁLEZ PALENCIA, Á. Gonzalo Pérez, secretario de Felipe II. 2 vols. (Madrid, CSIC: 1946).

  • Historia de España. Dirigida por Ramón Menéndez Pidal. Vol. XXII-2: "España en tiempos de Felipe II". (Madrid, Espasa-Calpe: 1988).

  • KAMEN, H. Felipe de España. (Madrid, Siglo XXI: 1997).

  • MARAÑÓN, G. Antonio Pérez. (Madrid, Espasa-Calpe: 1998).

  • MIGNET, F. Antonio Pérez y Felipe II. (Madrid, La Esfera: 2001).

  • MURO, G. Vida de la princesa de Éboli. (Madrid, M. Murillo: 1877).

  • PARKER, G. Felipe II. (Madrid, Alianza Editorial: 2000).

  • PÉREZ, A. Relaciones y cartas. Antonio Pérez. Edición de Alfredo Alvar Ezquerra. (Madrid, Turner: 1986).

  • POWELL, Ph.W. Árbol de Odio. (Madrid, José Porrúa Turanzas: 1972).

Enlaces en Internet

http://www.alcarria.com/template_historias.cfm?key=80 ; Página con información sobre el asesinato de Escobedo (en español).
http://goya.unizar.es/InfoGoya/Aragon/1591.html ; Página sobre los sucesos de 1581 (en español).
http://www.infoplease.com/ce6/people/A0838288.html ; Página con una breve biografía de Antonio Pérez (en inglés).
http://mendoza.alcarria.com/anaeboli.htm ; Página sobre la princesa de Éboli, relacionada con Felipe II y Antonio Pérez (en español).

Autor

  • Bernardo Gómez Álvarez