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LiteraturaBiografía

Martínez Villergas, Juan (1817-1894).

Escritor y periodista español, que nació en Gomeznarro (Valladolid) en 1817 y falleció en Zamora en 1894. No recibió formación literaria ninguna, ni siguió estudios de ningún tipo: fue un autodidacto, como él mismo confiesa en el prólogo a la segunda edición de sus poesías. Vivió modestamente de sus artículos de costumbres, por lo que ha quedado de él una estampa de escritor bohemio, reforzada por su gusto por la sátira y su vida itinerante. Pasó gran parte de su vida en el exilio, en Francia y Sudamérica, a causa de los ataques que realizó contra personalidades políticas en unas cuartetas compuestas en su destino como oficinista en la administración; también en 1842, publicó una de sus sátiras más afamadas, que tituló La ingratitud, en la que arremete contra los académicos de la Lengua Española; de 1843, es su poema El baile de las brujas, en el que no deja títere con cabeza y que le privó de los pocos amigos que aún le quedaban. En 1851, fue a parar a la cárcel por una de sus sátiras, titulada Paralelo entre Espartero y Narváez; por ello, hubo de exiliarse en París, donde estuvo bajo la protección de José Segundo Flórez, para quien escribió en el periódico destinado a España e Hispanoamérica titulado El eco de ambos mundos; allí, escribió Sarmenticidio o a mal sarmiento buena podadera, contra el chileno F. Sarmiento.

En 1854, volvió a Madrid y escribió en El látigo, de Pedro Antonio de Alarcón y Manuel del Palacio; tras lanzar duras críticas a propios y extraños, hubo de dejar el periódico y buscar un destino fuera de España. Lo logró, al recibir el consulado de Newcastle en 1855 y, en 1856, el de Haití. Al llegar al poder Narváez, perdió este puesto y vagó por Cuba, donde publicó La Charanga, y México, país en el que publicó varias sátiras que lo llevaron a una nueva expulsión, motivada por su Don Junípero; de nuevo en Cuba, publicó el periódico El moro Muza y la novela La vida en el chaleco. Lo más conocido de su obra, no obstante, son las Poesías jocosas y satíricas (1842), en las que aparecen otros tantos epigramas y sátiras, en línea con Góngora, Quevedo y otros autores clásicos; en la segunda edición (1847), desaparecieron algunos de los poemas contra determinados individuos al tiempo que insertó su famosa sátira titulada El cuadro de pandilla. También es recordado por sus Bailes (1843), en que también aflora su vena satírica.

Su Juicio crítico de los poetas españoles contemporáneos (1854) es poco fiable y desigual, pero inteligentemente detectó el error de A. de Castro, que quiso hacer creer que El buscapié era original de Cervantes. En 1859, en París, comenzó a escribir sus Poetas españoles contemporáneos. Regresó a Cuba y, en 1865, a Madrid, confiado en que la revolución estaba cerca; ya en Madrid, publicó Don Junípero; su segundo retorno desde Cuba tuvo lugar al producirse el golpe revolucionario de 1868. Dio vida entonces al periódico Jeremías y a la novela Los espadachines (1869). Pasó un tiempo ligado a la política, como diputado y ministro plenipotenciario en Río de Janeiro; sin embargo, el golpe de estado del 3 de enero lo devolvió a Cuba, donde abrió otro nuevo periódico titulado Don Circunstancias. Poco a poco, el duro verbo de Martínez Villergas fue suavizándose. A poco, regresó a España y se instaló en Zamora, donde falleció.

Como novelista, escribió folletines en línea con Eugène Sué, como Los misterios de Madrid; en esta línea, escribió otras obras en colaboración de Ayguals de Izco y Ribot y Fontseré, como El cancionero del pueblo, El tío camorra y el jesuita y Los políticos en camisa. En sus obras teatrales, fue igualmente sarcástico y mordaz, como en Ir por lana y volver trasquilado, El padrino a mojicones o El asistente, Pedro Fernández y Sotillo, Soto, Sotomayor. Como se desprende de su amplia obra y de su atractiva sátira, es un autor injustamente olvidado.

Autor

  • agm.