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HistoriaPolíticaBiografía

Luis II, Rey de los francos (846-879).

Monarca franco, llamado el Tartamudo, nacido en el 1 de noviembre del 846 y muerto en Compiègne el 10 de abril del 879. Hijo primogénito de Carlos II y de Ermentrudis, ocupó el trono de Francia entre el 877 y el 879.

En el 862 contrajo matrimonio con Anasigarda de Borgoña, con la que tuvo dos hijos, el mayor Luis III, que fue su heredero, y el menor, Carloman, que recibió los ducados de Aquitania y Borgoña. Tiempo después su padre le obligó a separarse de su esposa y a contraer matrimonio con Adelaida. De este segundo matrimonio tuvo Luis un hijo póstumo, Carlos III. Fue nombrado rey de Aquitania bajo la tutela paterna en el 867, tras haber protagonizado una sublevación contra su padre en la que Luis fue derrotado y obtuvo el perdón de su progenitor.

Carlos el Calvo fue nombrado Emperador en el 875 y dos años más tarde dejó a Luis como regente del imperio, mientras que él se encargaba de defender Italia para el papa Juan VIII.Tras la muerte de su padre, en diciembre del 877, Luis fue elegido rey de los francos occidentales y coronado en Compliègne por el arzobispo Hincmar el 8 de diciembre. En el Consejo de Troyes del año siguiente el Papa intentó convertir a Luis en defensor del papado, para lo que le ofreció la corona imperial a cambio de que lo auxiliase en su lucha contra Carloman, rey de Baviera, el cual le había expulsado de Roma; Luis rehusó el ofrecimiento y se limitó a dar asilo al papa Juan VIII en el año 878.

Tanto Luis el Tartamudo como su primo Luis el Joven, rey de los francos orientales, se pusieron de acuerdo en aceptar la división de Lotaringia realizada por sus padres en el Tratado de Mersen en el 870.

Luis intentó redistribuir las altas jerarquías de la administración del reino, pero chocó con la oposición de los nobles francos que se negaron a cualquier cambio que disminuyera sus privilegios. Su claudicación en este aspecto preparó el triunfo del feudalismo posterior. Con la hacienda arruinada y en completo desorden, un poder, puramente nominal, que era usurpado cada vez en mayor medida por los nobles y numerosos enemigos tanto dentro como fuera de sus fronteras, el corto reinado de Luis II supuso un punto de inflexión en la autoridad del monarca.

Autor

  • Juan Antonio Castro Jiménez