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QuímicaBiografía

Liebig, Justus von, Barón (1803-1873).

Químico alemán nacido en Darmstadt (en el estado de Hesse) el 12 de mayo de 1803 y fallecido en Munich (en el land de Baviera) el 18 de abril de 1873. Fundador de una de las más relevantes escuelas de investigación de la Química, revolucionó los estudios sobre esta disciplina a lo largo del siglo XIX, y pasó a la historia de la ciencia universal, entre otros hallazgos, por el descubrimiento de los isomerismos (compuestos distintos que comparten una misma fórmula molecular).

Hijo de un comerciante especializado en la venta de pinturas, productos de droguería y otras substancias químicas, mostró desde su infancia un vivo interés por la naturaleza del género que despachaba su progenitor. Ya en su juventud, disconforme con la educación que le daba la escuela oficial, abandonó los estudios para dedicarse de lleno al negocio familiar, donde pudo realizar numerosos experimentos con los productos del almacén. Fue así, de forma autodidacta, como se convirtió en un experto químico, profesión que quería desempeñar desde que hubo cumplido los catorce años de edad, a pesar de que aún no existía como carrera ni oficio.

En 1820, con apenas diecisiete años, ingresó en la Universidad de Bonn, donde tuvo que conformarse con recibir meros datos filosóficos y especulativos sobre la Química, que no se estudiaba de forma experimental. Al descubrir que su maestro Karl Wilhelm Kastner no sabía hacer análisis minerales, decidió continuar estudiando por su cuenta y fundó la Sociedad de Ciencia Natural, de la que él mismo fue su primer presidente.

Por aquel tiempo, llevado de su carácter impulsivo y la osadía de su edad juvenil, Justus von Liebig tomó parte en ciertas algaradas políticas que dieron con sus huesos en presidio durante tres días. Al salir del calabozo, solicitó al Gran Duque de Renania que le costease sus estudios en París, a lo que la alta autoridad accedió para librarse de los ímpetus revolucionarios del joven químico. De esta rocambolesca manera, Liebig se halló en la capital francesa en 1822, bajo la tutela de algunos maestros de Física y Química tan relevantes como Thénard, Gay-Lussac, Chevreul y Vauquelin.

Merced a una recomendación de Louis-Jacques Thénard, el joven Justus von Liebig fue admitido en un laboratorio privado, donde tuvo ocasión de realizar numerosos experimentos de los que informó a la Academia Francesa el 22 de marzo de 1824. Sus progresos habían sido tan sorprendentes que, dos días después, con tan sólo veintiún años de edad, fue nombrado profesor extraordinario de la Universidad de Giessen (Alemania).

A pesar del recelo que despertaban en sus colegas su juventud y su pasión por una disciplina tan poco estudiada, Liebig pronto convirtió el laboratorio de su universidad en un centro eficaz y experimental que luego habría de servir de modelo a todos los investigadores químicos de Europa y América. Trabajando de forma infatigable, en condiciones penosas, dentro de un miserable barracón que le había cedido la universidad, el joven científico de Darmstadt realizó numerosos experimentos que extendieron su fama por todos los rincones del planeta. Así, pronto llegó a tener a su alrededor una auténtica legión de discípulos que, procedentes de muy diversos países, pudieron comprobar in situ los nuevos métodos desarrollados por Justus von Liebig para la enseñanza y el aprendizaje de la Química; entre estos alumnos que tuvo el científico alemán en Giessen, figuran August Wilhelm von Hofmann y Friedrich August Kekulé.

En 1832, Liebig fundó la prestigiosa revista Anales de Farmacia (que luego habría de cambiar su cabecera por la de Anales de Química), y ocho años después dio a la imprenta su obra más famosa, un valioso tratado titulado Die Chemie in ihrer Anwendung auf Agrikultur und Physiologie (La Química en sus aplicaciones a la Agricultura y a la Fisiología, 1840). Además, fue autor de otras obras tan celebradas por la comunidad científica internacional como Instrucción sobre el análisis de los cuerpos orgánicos; Diccionario de química; Manual de farmacia; La química orgánica aplicada a la fisiología animal y a la patología; Elementos de química; La química animal; La química orgánica aplicada a la farmacia; Los movimientos de los jugos en el cuerpo animal; Investigaciones sobre la química alimenticia; y Teoría y práctica de la economía agrícola.

Nombrado presidente de la Academia de Ciencias de Berlín, y miembro honorífico de la Royal Society londinense y de otras muchas academias y asociaciones científicas europeas y americanas, en 1845 Justus von Liebig fue honrado en su país natal con el título de barón. Siete años después, abandonó su querida Universidad de Giessen para incorporarse a la de Munich, en la que impartió clases en calidad de profesor de Química. Había logrado, al fin, convertir su campo de trabajo en una materia universitaria.

Descubrimientos y aportaciones de Liebig

En la primera etapa de su carrera, el científico de Darmstadt se centró fundamentalmente en el estudio de la Química orgánica, disciplina de la que fue fundador. Además de introducir nuevos métodos de análisis de gran interés, realizó importantes descubrimientos, como un sistema para platear el vidrio que evitaba los riesgos de envenenamiento por inhalación de vapor de mercurio. En el curso de estas investigaciones sobre los fulminatos de mercurio y plata, descubrió el fenómeno de la isomería, que se da en dos o más compuestos que tienen fórmulas químicas idénticas pero estructuras moleculares diferentes.

Además, encontró un procedimiento para transformar instantáneamente el alcohol en ácido acético, y un método de preparación artificial del ácido tartárico. Pero tal vez su mayor logro, dentro del ámbito de la Química orgánica, sea la identificación del ácido benzoico y el ácido úrico, que logró en varios experimentos en los que colaboró con su compatriota Friedrich Wöhler. A raíz de estos trabajos de laboratorio, ambos químicos alemanes enunciaron la teoría de los radicales orgánicos, que sostiene que determinados grupos de átomos mantienen su estructura en muchas reacciones químicas.

En una segunda fase de su trayectoria profesional, Justus von Liebig se centró en la Química fisiológica o bioquímica (es decir, la Química que interviene en los procesos de la vida). Clasificó los alimentos en tres grandes grupos (grasas, proteínas e hidratos de carbono), y, tras haber construido los primeros aparatos que permitían absorber el anhídrido carbónico expulsado en el proceso de la respiración, se halló en condiciones de demostrar que el calor del cuerpo (y, en general, la energía vital) es el resultado de la combustión de grasas e hidratos de carbono (o sea, de los alimentos digeridos en el interior del organismo). Al hilo de estas investigaciones sobre el cuerpo humano y los alimentos, Liebig ideó un método para obtener extractos de carne que se utilizó en todo el mundo hasta mediados del siglo XX.

Pionero en tantas cosas, el barón de Liebig fue también el padre de la Química agrícola, pues buscó sin descanso las posibles aplicaciones de sus conocimientos a la explotación del campo, y logró con ello que amplias zonas del planeta se vieran liberadas de la terrible amenaza de la hambruna. Demostró que las plantas absorben substancias del aire y materia inorgánica de la tierra, y que transforman ambos constituyentes de su nutrición en materia orgánica. Y fue uno de los primeros en experimentar con fertilizantes y defender su empleo masivo.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.