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HistoriaLiteraturaBiografía

Hurtado de Mendoza, Diego (ca. 1365-1404).

Hijo de Pedro González de Mendoza y padre del marqués de Santillana, la figura de Diego Hurtado de Mendoza aparece como una más de las del poderosísimo clan de los Mendoza, que tanto habían de dar que hablar durante los siglos XIV a XVI tanto en Castilla, reino del que eran originarios, como en el resto de España e incluso Europa. Su fortuna se inició a partir de la muerte de su padre en Aljubarrota. La leyenda que corrió de que el valeroso Pedro González de Mendoza había caído por entregar su caballo al monarca hizo la fortuna de Diego, y de la familia entera. De este modo, se convirtió en uno de los favoritos de Enrique III, "el Doliente". Dentro de las pugnas entre los miembros de la familia Trastámara y los nuevos nobles, entre los que están todavía los Mendoza, desempeñará un papel de gran importancia, aliado con el arzobispo don Pedro Tenorio y, sobre todo, con Diego López de Estúñiga y Ruy López Dávalos, con los que creó una liga que, bajo la excusa de proteger al rey, controló el poder y fue acumulando señoríos, títulos y riquezas. De este modo, obtuvo pronto los señoríos de Hita y Buitrago y, tras la guerra contra la reina Leonor de Navarra, tía del rey castellano, logrará, lo mismo que sus dos compañeros, señoríos dentro del reino de Navarra. De la misma manera, fue Almirante de Castilla tras dura pugna con Alvar Pérez de Guzmán, al que consiguió despojar del título en 1396. En este mismo año, el rey le concede parte de las riquezas de la arrasada aljama de Sevilla.

Con motivo de las paces tras los disturbios ocasionados por la reina, obtiene del rey varias aldeas de Soria, así como la villa de Ágreda, contra la voluntad de sus habitantes, que organizaron algaradas con tal motivo. Fue amigo de García de Pedraza, que le dedicó un dezir y lo mencionó en varios de sus poemas. A su muerte, acaecida en 1404, Fernán Pérez de Guzmán le dedicó un poema.

Su labor literaria se inserta, no podía de ser de otro modo, en el marco cortesano. Parece que mantuvo una corte poética en su palacio de Guadalajara de la que habría formado parte incluso su médico, el musulmán Mohamad el Xartosse, del que nos han llegado varios poemas en el Cancionero de Baena. De la obra de Hurtado de Mendoza, recogida en el Cancionero de Palacio es especialmente conocido el cosaute Aquel árbol que mueve la hoja / algo se le antoja, uno de los pocos cosautes castellanos de forma paralelística, que mereció todavía a mediados de nuestro siglo un enamorado comentario de Juan Ramón Jiménez que pasó a las páginas que el poeta moguereño publicó bajo el título de Política poética. Asimismo es autor del perqué Pues no quiero andar en corte, las canciones Ya con tanta fermosura, Fuerça ha de contemplar y Amor cuando me quitaste, la dudança Si amor sé que se parte y de la serranilla Un día de esta semana.

Diego Hurtado de Mendoza. Hoy deja todo el bien un desdichado.

Autor

  • G.F.S.E.