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HistoriaBiografía

Haarmann, Fritz (1879-1925).

Célebre asesino y psicópata alemán, nacido en 1879 en Hannover y muerto en 1925 por decapitación, cuya depravada conducta le mereció el sobrenombre de "el Carnicero de Hannover".

Fue un niño débil y enfermizo que vivió pegado a las faldas de su madre hasta casi su adolescencia, aquejado de una grave enfermedad mental se hizo pronto patente; prefería estar solo jugando con sus muñecas a la compañía de otros niños y, además, fue desarrollando con el tiempo un odio tan irracional como injustificado contra su padre. A los dieciocho años fue acusado de perversión de menores y, tras ser sometido al análisis de varios psiquiatras, ingresó en un manicomio. Al ser dado de alta, decidió incorporarse al ejército, cuerpo en el que fue aceptado a pesar de sus antecedentes y en el que observó una conducta intachable hasta 1903, año en que regresó a Hannover.

Ya en su ciudad natal, pasó muchas temporadas en la cárcel durante los siguientes quince años por robos, atentados contra la moral y otros delitos varios que no terminaron cuando fue puesto en libertad en 1918, ya que se unió a una banda de contrabandistas para vender carne ilegal en el mercado clandestino (esto no era realmente tan grave, si se tiene en cuenta cuál era el estado del país -acabada la guerra, con el peso de la derrota a sus espaldas y convulsionado económicamente-, en el que se padecían tales carencias que era cosa común recurrir al mercado negro) y, en su afán de actuar con total impunidad, se hizo confidente de la policía, lo cual le permitía contar con el beneplácito de la autoridad.

Para llevar a cabo sus crímenes, Haarmann seguía una pauta de actuación muy regular. Fingiéndose policía, iba frecuentemente a la estación de trenes durante la noche; donde trababa contactos con jóvenes a los que nadie podía reclamar -refugiados de guerra, muchachos escapados de sus casas, huérfanos, etc.- y, con la excusa de proporcionarles alojamiento, les llevaba hasta su vivienda, donde les daba muerte y luego se deshacía de los restos vendiéndolos como carne de reses en el mercado negro.

En 1919, se asoció con Hans Grans, homosexual como él y cómplice suyo desde entonces en el siniestro negocio, que mantuvieron durante cinco años más. En mayo de 1924, unos chicos que jugaban a orillas del río Leine encontraron un cráneo humano al que siguieron otros varios; alertada la policía, decidió dragar el río, del cual se extrajeron en tan sólo un día más de quinientos huesos humanos que resultaron proceder de veintidós cuerpos distintos, todos ellos de muchachos adolescentes. Las misteriosas desapariciones que llevaban sucediéndose desde hacía tiempo comenzaban a explicarse; sin embargo, las sospechas sobre Haarmann no fueron confirmadas hasta que, el día 22 de junio, la policía alemana lo detuvo, acusado de corrupción de menores, y efectuó un registro en su casa, en el que se encontraron diversos efectos personales de las víctimas de los que el asesino no se había podido deshacer.

A pesar de las numerosas pruebas en su contra, Haarmann se mantuvo en su inocencia hasta el mes de diciembre, cuando dio comienzo el juicio contra él por haber matado a veinticinco adolescentes -en realidad se creía que eran justo el doble-. Durante las dos semanas que duró el proceso, declararon más de cien testigos y los jueces se vieron ante la tesitura de tener que condenar a toda una ciudad por canibalismo. Fritz Haarmann disfrutó enormemente de su protagonismo y confesó que el móvil de sus asesinatos no había sido económico, sino sexual, ya que cuando daba muerte a sus víctimas se producía en él una especie de orgasmo erótico que le impulsaba a seguir matando. Finalmente fue condenada a ser decapitado, pero antes de morir pidió que en su epitafio se leyera la inscripción "Aquí descansa el Exterminador".

Autor

  • lu