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PolíticaReligiónBiografía

Granvela, Antonio Perrenot de (1517-1586).

Cardenal y político borgoñón nacido en Besançon (capital del Franco Condado, en el actual departamento francés de Doubs) el 20 de agosto de 1517 y muerto en Madrid el 21 de septiembre de 1586.

Síntesis biográfica

Obispo de Arrás, arzobispo de Malinas y Besançon y cardenal, fue un importante hombre de estado de Carlos V y de Felipe II; realizó para el primero diversos trabajos diplomáticos durante su juventud, y con el segundo fue consejero de Margarita de Parma en los Países Bajos y tuvo algunos cargos relacionados con Italia (virrey de Nápoles y presidente del Consejo de Italia). Entre 1580 y 1581 llegó a ser regente de España.

Juventud y formación de Antonio Perrenot

Era el cuarto hijo (el primer varón vivo) de un importante consejero del emperador Carlos V, Nicolás Perrenot de Granvela, y de Nicole Bonvalot. Tuvo varios hermanos, entre ellos Tomás y Federico Perrenot, que como él desempeñaron importantes cargos para España. Su padre preparó al detalle su carrera como eclesiástico y cortesano, y él mismo le dio su primera educación. Dando pronto muestras de gran inteligencia, aprendió rápidamente con su preceptor Juan Sachet, canónigo de Saint-Anatole de Salins. En 1523, con sólo seis años, dejó su ciudad natal para residir y proseguir estudios en Dôle. En 1529, con doce, fue nombrado por el papa Clemente VII camarero y protonotario participante (es decir, que le posibilitaba a optar a prelaturas de importancia y además su familia, incluidos antepasados, era ennoblecida).

Al poco tiempo marchó al extranjero, a la Universidad de Lovaina, donde adquirió conocimientos filosóficos y teológicos (importantes en el contexto de reforma religiosa que se vivía entonces en Europa) y tuvo relación con seguidores de Erasmo de Rotterdam como Adriano Amerot y profesores como Miguel Bayo. Luego pasó a la Universidad de Padua, en la cual se dedicó al estudio del Derecho, esenciales para toda carrera política, y enriqueció el círculo de relaciones (por ejemplo, conoció al cardenal Pietro Bembo). Perfeccionó estudios, más tarde, en la Universidad de París, aunque nada se sabe de su estancia allí. Fue durante esta estancia universitaria cuando adquirió su aire de hombre cultivado.

Obispo de Arrás y primeras misiones al servicio de Carlos V

Por otra parte, a su primera dignidad eclesiástica, la concedida en 1529, siguieron otras muchas, entre ellas la de preboste de Saint-Rombaut (Malinas) y de Notre-Dame (Utrecht), arcediano y primer chantre en Besançon y Cambrai, y abate de Saint-Vincent de Besançon. Finalmente, en 1538 fue promovido, con apenas 21 años, a obispo de Arrás (aunque no fue ordenado sacerdote hasta 1540, consagrado obispo en Valladolid hasta 1543, y no entró como tal en Arrás hasta 1545). Esta elección, apoyada por el propio emperador, significó su entrada en política, guiado por su padre Nicolás, que para entonces era ya canciller imperial y uno de los principales colaboradores de Carlos V. Residente casi siempre en Bruselas, nombró administrador de su diócesis al obispo de Sélivrie, Pascasio. En 1539-1540 fue también elegido canónigo de Saint-Lambert de Lieja.

Solía ejercer en esta época como maestro de ceremonias de la corte imperial, ayudado por su agradable físico, buenos modales y títulos. También él se mostró fiel colaborador de la casa de Habsburgo, asistiendo o participando a partir de entonces en diversas misiones diplomáticas: las negociaciones de Niza entre Carlos V y el rey francés Francisco I (1538, por las que el papa Paulo III trataba de reconciliar a ambos soberanos para establecer un frente común contra protestantes y turcos musulmanes); el coloquio de Worms con protestantes alemanes, con los que se mostró conciliador, quizá por su erasmismo (1540); la dieta de Ratisbona (1541); la paz de Crêpy con Francia (1544). En 1545 representó al emperador en la apertura del Concilio de Trento. Luego prosiguió con sus actividades diplomáticas en relación con Alemania, Francia o Inglaterra, a veces con riesgo para su persona, como cuando estuvo a punto de ser capturado en Innsbruck en compañía de Carlos V por el príncipe protestante Mauricio de Sajonia (1552).
Estuvo presente en la firma de la paz tras la batalla de Mühlberg (1547), época en la que su padre le dejo todo el protagonismo político en la corte imperial, aunque aún viviría hasta 1550; le reemplazaría entonces en el favor imperial y como ministro de Justicia. También estuvo en la dieta de Augsburgo de ese año, donde se estableció el Ínterim (tregua religiosa), recibió al príncipe Felipe en los Países Bajos (1549) y asistió a la paz de Passau (1554). Dirigió las negociaciones de matrimonio entre el príncipe Felipe y la reina inglesa María Tudor y participó en la paz de Augsburgo entre católicos y protestantes (1555). En este año informó de la abdicación de Carlos V a los Estados Generales de Flandes.

Consejero de Felipe II, arzobispo de Malinas y cardenal: los Países Bajos

Por sugerencia del emperador al ya rey Felipe II en una instrucción secreta, Granvela mantuvo su influyente puesto al iniciarse el nuevo reinado. Mantendría correspondencia con Carlos V hasta la muerte de éste en 1558. Miembro del Consejo de Estado del rey, preparó la importante paz de Câteau-Cambresis con Francia en 1559. Estos últimos años había residido siempre en los Países Bajos, de modo que no fue extraño que tras la firma de la mencionada paz, cuando Felipe II marchó a España y dejó el gobierno de esas provincias a su hermanastra Margarita de Parma, Granvela quedase como consejero de ésta. Esto supuso una limitación de su influencia y competencias, pues hasta ese momento se había ocupado de todo tipo de asuntos.

Si hasta entonces se había comportado bastante liberalmente, ahora su defensa de la monarquía frente al autonomismo neerlandés y flamenco (encabezado por Guillermo de Orange y los condes de Egmont y Horn) le empujo a posturas más autoritarias. Esto, concretado en acusaciones como el aumento de las guarniciones españolas, el deseo de establcer nuevos tribunales de la Inquisición o el proteccionismo económico que perjudicaba al comercio con Inglaterra, le originaron la profunda enemistad de la nobleza. Se inició contra él una verdadera campaña de presión mediante panfletos y caricaturas. Se añadió también que, una vez creado el arzobispado de Malinas, que comprendía todas las diócesis neerlandesas y flamencas (igualmente reestructuradas), él mismo hubiese ocupado esta sede en 1560.

El año siguiente fue además elevado al cardenalato, pero la presión hacia su persona no hizo sino aumentar: Orange y Egmont dimitieron de sus cargos como consejeros, acusando a Granvela de no contar con ellos para gobernar, y por último se ganó la enemistad de la propia Margarita de Parma por considerar ésta que Felipe II había denegado la devolución del ducado de Piacenza a su familia por influencia suya. Así, por recomendación del rey, que le sacrificó para salvar la situación, en 1564 se retiró temporalmente a su tierra natal, a Besançon. El exilio sería definitivo, siendo sustituido por Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba: de hecho, ante el temor a que volviese, una multitud enfurecida llegó a saquear su palacio de Bruselas. Aprovechó su estancia en el Franco Condado para reforzar su clientela personal, sin dejar de prestar atención a los asuntos de los Países Bajos.

Virrey de Nápoles, presidente del Consejo de Italia y regente de España

Muy pronto se trasladó a Roma para participar en el cónclave de 1565 del que salió elegido papa Pío V, y poco después recuperaba el favor de Felipe II. En Roma retomó sus contactos con los humanistas italianos que había conocido durante sus estudios universitarios. Hacia 1570 tuvo parte en las negociaciones que constituirían la Liga Santa (España, Venecia y la Santa Sede) contra los turcos. En 1571 fue nombrado virrey de Nápoles en sustitución del fallecido Per Afán de Rivera, duque de Alcalá. Se mostró en el sur de Italia más moderado que en los Países Bajos; desde este cargo preparó el equipamiento de la flota de la Liga Santa, que saldría vencedora ese mismo año en el golfo de Lepanto.

Tras la elección de un nuevo papa, Gregorio XIII, en 1572, defendió los derechos de España sobre Nápoles frente a este mismo pontífice. En 1575 fue sustituido en este reino por Iñigo López de Mendoza, marqués de Mondéjar, y retornó a Roma para auxiliar al embajador español, Juan de Zúñiga. En 1578 Felipe II le ofreció volver a los Países Bajos junto a Margarita de Parma, pero aunque siempre había estado atento a la marcha de los asuntos políticos en la provincia, en esta ocasión no consideró adecuado hacerlo.

El año siguiente, ante la desaparición o caída en desgracia de algunos de los más importantes consejeros reales, fue llamado a España, de donde ya no se movería. Fue nombrado presidente del Consejo de Italia, aunque sin descuidar los Países Bajos o asuntos internos como la reorganización de la Hacienda o a crear un flota militar y civil que diera a España el dominio absoluto de los mares, esencial para asegurar el control de los extensos dominios hispanos.

Durante la guerra de sucesión de Portugal (1580-1581), al desplazarse Felipe II a este país, Granvela recibió la responsabilidad de gobernar en España como regente, lo que significó el culmen de su carrera pocos años antes de su muerte. Propuso al rey hacer de Lisboa la capital de sus dominios, sin ser escuchado. En 1584 fue elegido arzobispo de Besançon, aunque nunca llegó a residir en ella como tal, debiendo enviar vicarios en su lugar. Falleció dos años después, en 1586, siendo enterrados sus restos en la capilla de los carmelitas de Besançon, donde también estaban sus padres y algunos de sus hermanos; allí permanecieron hasta que se perdieron durante la Revolución Francesa. Sus títulos los heredó Juan Tomás, hijo de su hermano Tomás.

La personalidad del cardenal Granvela

Característico hombre del Renacimiento, hombre de estado más que de Iglesia, tenía buena presencia y una amplia cultura, incluido el conocimiento de siete lenguas (a su francés natal sumaba el español, la lengua de la política de entonces, el latín y el griego, lenguas de la cultura, el italiano, el holandés, el alemán y el inglés; era además excelente orador) y de historia natural. A esto añadía habilidad política, prudencia al tiempo que dinamismo, carácter, conocimiento de las personas y sobre todo una gran perseverancia.

Fue uno de los hombres de estado más importantes del s. XVI, por más que su política de someter a los protestantes alemanes, a los rebeldes holandeses, a los ingleses y a los franceses sólo obtuviese éxitos parciales. Protegió a diversos artistas y científicos, entre ellos su secretario el erudito Justo Lipsio o el impresor Christophe Plantin, que por su mecenazgo y el de Felipe II imprimió la Biblia Políglota de Amberes. Poseía una considerable biblioteca, objetos de valor y numerosos cuadros (que en el s. XVII serían la base de la primera biblioteca y museo públicos de Francia). Muchos libros le fueron dedicados y fue retratado por los pintores Tiziano y Antonio Moro. Dejó también numerosa correspondencia, valiosa fuente de información para la historia política del s. XVI.

Bibliografía

  • DE JONGE, K. y JANSSENS, G. Les Granvelle et les anciens Pays-Bas. (Lovaina, Universitaire Pers Leuven: 2000).

  • DINARD. S.-P. Le cardinal de Granvelle et la Franche-Comté. La correspóndanse comme instrument de gouvernement. (París, École National des Chartes: 2000).

  • DURME, M. van. El cardenal Granvela (1517-1586). Edición facísimil. (Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V: 2000). ELLIOTT, J.H. La España imperial. (Barcelona, Vicens Vives: 1996).

  • FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, M. “El cardenal Granvela y las memorias de Carlos V”, en III Congreso de Cooperación Intelectual. (Madrid, Instituto de Cultura Hispánica: 1958).

  • JONNEKIN, G. Le cardinal de Granvelle: un destin européen au XVI siècle. (Versalles, Imprimerie Chazelle: 1989).

  • Les Granvelle et l’Italie au XVI siècle: le mécénat d’une famille. (Besançon, Cêtre: 1996).POULLET, E. y PIOT, Ch. La correspondence du cardinal Granvelle. (Bruselas: 1878).

  • WEISS, C. Papiers d’État du cardinal de Granvelle. (París: Imprimerie National: 1841-1852).

Enlaces en Internet

http://btr0xw.rz.uni-bayreuth.de/cjackson/m/p-mor5.htm ; Página con el retrato del cardenal Granvela pintado por Antonio Moro.
http://www.enc.sorbonne.fr/th%E8ses/2000/dinard.htm ; Página con información sobre el cardenal Granvela (en francés).

Autor

  • Bernardo Gómez Álvarez