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HistoriaPolíticaDerechoBiografía

García Prieto, Manuel (1859-1938).

Manuel García Prieto, Marqués de Alhucemas.

Abogado y político español de gran talla, miembro del Partido Liberal, nacido en Astorga (León), en el año 1859, y fallecido en San Sebastián (Guipúzcoa), el año 1938.

Al concluir sus estudios de Derecho, ingresó en el Cuerpo Jurídico Militar, para abandonarlo poco después y dedicarse de lleno a la práctica de la abogacía. Trabajó en el bufete de Montero Ríos, con el que estaba unido por profundos lazos de amistad, ideología e incluso familiares, ya que se casó con una hija de éste. Su primera incursión en la política la realizó el año 1888, al conseguir un Acta de Diputado por su ciudad natal. Paulatinamente fue elevando su importancia política, hasta el año 1897, año en que fue nombrado subsecretario de lo contencioso del Estado, y después subsecretario de Ultramar. A la muerte de Mateo Práxedes Sagasta, la jefatura del Partido Liberal recayó en Montero Ríos. Cuando en 1905, este último formó gobierno, García Prieto ocupó el ministerio de la Gobernación, cargo que abandonó en diciembre del mismo año para hacerse cargo de la cartera de Justicia, con el gobierno de Moret. A su paso por este ministerio, García Prieto creó las colonias penitenciarias de la Escuela de Criminología, y reformó el Tribunal Supremo. Finalmente, al año siguiente dimitió de su cargo ministerial por no prevalecer en el Consejo de Ministros su opinión contraria a la Ley de Jurisdicciones. En el año 1906 volvió a ocupar un ministerio, el de Fomento, bajo el gobierno del general López Domínguez, cargo que repitió en 1910, con José Canalejas como presidente. En esta nueva etapa ministerial, García Prieto llevó a cabo las negociaciones y forma del Tratado Hispano-Marroquí, en 1911, por el que se estableció el protectorado español sobre la parte del territorio de Marruecos, además de ultimar con éxito otro tratado con Francia, en 1912, por el que ambos países se repartieron sus respectivas áreas de influencia sobre el país magrebí. Como reconocimiento a su destacada labor diplomática, a García Prieto se le concedió el título de marqués de Alhucemas y la dignidad de Grande de España. También consiguió que las repúblicas hispanoamericanas estuvieran representadas en el Tribunal Interior de Justicia, con sede en La Haya. Tras el asesinato de Canalejas, García Prieto ocupó dos días, de forma transitoria, la presidencia del Gobierno.

En el año 1913 se produjo dentro del Partido Liberal una escisión. García Prieto quedó como jefe del sector que se declaraba heredero de la política de Sagasta, y creó el Partido Liberal Democrático, en oposición a la otra facción, encabezada por el conde de Romanones. Al comenzar la I Guerra Mundial, García Prieto fue partidario de adoptar una postura no beligerante, a la vez que neutral. Ese mismo año fue elegido presidente del Senado y reagrupó nuevamente en su partido a todas las fuerzas liberales. En el año 1917 formó Gobierno, que duró poco tiempo por la decidida oposición que encontró en las Juntas de Defensa, con las que no transigía. En noviembre de ese mismo año formó nuevo Gobierno, tras la crisis del mes de octubre del gabinete de Eduardo Dato, siendo realmente el primer Gobierno de concentración de la monarquía alfonsina. En mayo del año 1918 se sucedió una nueva crisis gubernamental por la que García Prieto fue sustituido en la presidencia por Antonio Maura. García Prieto ocupó la cartera de Gobernación. Nuevamente formó Gobierno durante una breve etapa de transición (noviembre a diciembre de 1918), que se descompuso por el grave problema que provocó el controvertido Proyecto de las Mancomunidades.

Después de sucedido el desastre de Annual (1921) y la posterior agitación que suscitó la discusión sobre en quién debían recaer las responsabilidades de tan nefasta situación, García Prieto formó su último Gobierno, en 1922. Al año siguiente, cuando ya amenazaba con producirse el golpe de Estado del general Primo de Rivera, García Prieto hizo todo lo posible por evitarlo, solicitando la ayuda de las capitanías generales, aunque sólo pudo contar con la de Valencia, mandada por el general Zabala. Como último extremo, García Prieto recurrió a la ayuda del prestigioso general Weyler, que se hallaba descansando en Mallorca. Weyler aceptó el encargo de hacerse con la Capitanía General de Cataluña y destituir a Primo de Rivera, pero cuando quiso intervenir, éste ya había dado el golpe de Estado, haciéndose con las riendas del país.

Durante el período de la Dictadura, García Prieto vivió retirado de la política activa, a la que volvió en el último Gobierno de la monarquía, presidido por el almirante Aznar, desempeñando la cartera de Gracia y Justicia. Falleció en San Sebastián, en el año 1938.

Bibliografía

  • CARNERO ARBAT, T: El reinado de Alfonso XIII. Madrid, 1997.

  • GÓMEZ NAVARRO, J.L: El régimen de Primo de Rivera. Madrid, 1991.

  • SECO SERRANO, C: Alfonso XIII y la crisis de la Restauración. Barcelona, 1969.

  • PÉREZ PICAZO, Mª T: Historia de España del siglo XX. Barcelona, 1996.

  • CARR, R: España 1808-1975. Barcelona, 1984.

  • TUSELL, J: Radiografía de un golpe de Estado. El ascenso al poder del general Primo de Rivera. Madrid, 1987.

  • PAREDES, J: Historia Contemporánea de España (1808-1939). Barcelona, 1996.

C. Herráiz García.

Autor

  • Enciclonet