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DeportesBiografía

Ferrero, Juan Carlos (1980-VVVV).

Juan Carlos Ferrero.

Tenista español nacido en Onteniente (Valencia) el 12 de febrero de 1980, que desde su debut en la competición profesional se convirtió en una de las principales promesas del deporte de la raqueta en España. El 6 de septiembre de 2003 alcanzó el número uno de la clasificación ATP; una posición de privilegio en el tenis mundial que sólo otro español, Carlos Moyá, había logrado con anterioridad.

Ferrero comenzó a jugar al frontenis junto a su padre a la edad de siete años pero, muy pronto, se inclinó por los campos de tenis, donde jugaba su ídolo Jim Courier, y abandonó el frontón. Dio sus primeros raquetazos en el club Helios de Onteniente, antes de trasladarse a Gandía y, finalmente, a Villena (Alicante), donde estableció su residencia para entrenar a las órdenes de su preparador Antonio Martínez Cascales.

Después de ganar el Campeonato de España de tenis infantil, se proclamó campeón de Europa de la categoría con doce años y vencedor del torneo Petit Prince con trece. Rechazó una oferta de la Federación Española para trasladarse al centro de alto rendimiento (CAR) de San Cugat, donde han entrenado la mayor parte de los grandes tenistas españoles, y confió su formación a su padre y a su entrenador.

Con dieciséis años abandonó los estudios para centrar su dedicación al deporte pero, tras el fallecimiento de su madre, estuvo tentado de dejar la práctica del tenis. Finalmente, su familia le prestó el apoyo necesario para continuar e inició una exitosa etapa como jugador junior al clasificarse para la final de Roland Garros e imponerse en la Copa Galea y en la Sunshine Cup. Con 17 años ganó su primer punto para la clasificación de la ATP.

En 1998 debutó en el circuito profesional y su progresión en las pistas le convirtió en el jugador revelación del tenis español. En 1999 ganó su primer gran torneo individual en Mallorca frente a Álex Corretja, fue finalista en el Conde de Godó y adquirió proyección internacional al alcanzar las semifinales en el torneo de Casablanca. En el mismo año jugó su primer partido en un Grand Slam en el Abierto de Estados Unidos.

En la temporada 2000 consiguió situarse entre los diez mejores jugadores del mundo, ocupó en el mes de mayo la octava posición del ranking ATP. Alcanzó la final en el torneo de Dubai y en el Conde de Godó y a punto estuvo de sorprender a Gustavo Kuerten en las semifinales de Roland Garros. En el año olímpico, formó parte del combinado español de tenis en Sydney y participó en el torneo Masters que reúne a los mejores jugadores del mundo.

El joven tenista valenciano se convirtió en el talismán del equipo español de Copa Davis que el 10 de diciembre de 2000 se adjudicó en Barcelona la preciada ensaladera de plata. Corretja, Costa, Balcells y Ferrero lograron imponerse en la final frente al combinado australiano por un contundente 3-1 y consiguieron, por primera vez en la historia del torneo más prestigioso del tenis mundial, una victoria para España. Juan Carlos Ferrero obtuvo dos de los tres puntos que aseguraron el triunfo español al vencer en sus partidos individuales a los australianos Rafter y Hewitt.

En la temporada 2001, el tenista valenciano ganó su segundo título del circuito profesional al proclamarse campeón en el torneo de Dubai, después de derrotar en la final al número dos de la ATP, Marat Safin, por 6-2, 3-1 y abandono por problemas físicos del jugador ruso. El tercer gran triunfo de su carrera llegó en abril de ese mismo año en Portugal, donde se adjudicó el torneo de Estoril tras eliminar en la final a su compatriota Félix Mantilla. Antes de finalizar el mes logró proclamarse campeón en el trofeo Conde de Godó después de imponerse en una disputadísima final a Carlos Moyà por 4-6, 7-5, 6-3, 3-6 y 7-5.

La proyección ascendente del juego de Ferrero se confirmó en las pistas del torneo de Roma, donde el tenista de Onteniente se adjudicó su primer Master Serie el 13 de mayo de 2001. Para levantar la copa de campeón, tuvo que superar en la final al número uno del mundo, el brasileño Gustavo Kuerten, por 3-6, 6-1, 2-6, 6-4 y 6-2. Con un abrumador palmarés de 16 partidos sin conocer la derrota, Ferrero alcanzó una semana después la final del torneo de Hamburgo aunque, en esta ocasión, tuvo que ceder el título al barcelonés Albert Portas que se impuso al jugador valenciano por 4-6, 6-2, 0-6, 7-6 (7-5) y 7-5. Colocado en el número 4 de la ATP, Ferrero partió como uno de los grandes favoritos al título en el torneo de Roland Garros, el único Grand Slam que se disputa sobre tierra batida, la superficie favorita de los tenistas españoles. Su trabajo en el torneo fue impecable pero al llegar a semifinales sucumbió por 6-4, 6-4 y 6-3 ante el brasileño Kuerten que también había sido su verdugo en París el año anterior.

En el mes de noviembre, Ferrero participó en su primer Masters, el torneo reservado para los mejores tenistas del mundo y su actuación no defraudó. Llegó a Sydney después de haber disputado sólo nueve partidos en pistas rápidas durante toda la temporada y, aunque perdió su primer encuentro frente al ruso Kafelnikov, demostró una extraordinaria capacidad para adaptarse a cualquier superficie. Reforzó su saque y la agresividad de su juego para lograr un rendimiento mayor y consiguió derrotar consecutivamente al brasileño Gustavo Kuerten, número uno de la ATP en ese momento, y al croata Goran Ivanisevic, campeón en la última edición de Wimbledon. Colocado en semifinales, el australiano Lleyton Hewitt truncó las aspiraciones del tenista valenciano en el torneo de los "maestros".

La temporada 2002 arrancó para Ferrero con una inoportuna lesión en su rodilla derecha que le privó de participar en el Open de Australia, el primer Grand Slam del año, y una fisura en el pie izquierdo. Recuperado de sus problemas físicos, llegó el primer triunfo del año en Montecarlo, un torneo centenario que por primera vez en su historia fue testigo de una final de color español. Ferrero derrotó al tenista malloquín Carlos Moyà por 7-5, 6-3 y 6-4 y logró el segundo título Master Serie de su carrera. La victoria le colocó en la segunda posición del ranking ATP, por detrás de Hewitt. Por tercer año consecutivo, Ferrero también se clasificó en 2002 para los cuartos de final de Roland Garros, donde le esperaba el veterano Andre Agassi, campeón en París en 1999. Nunca antes se había enfrentado al estadounidense y el esperado duelo concluyó con victoria para el español por 6-3, 5-7, 7-5 y 6-3. En semifinales se deshizo del ruso Marat Safin y, por primera vez en su carrera, alcanzó la final de un torneo de Grand Slam. Pero en la pista central de París le esperaba otro jugador español, el leridano Albert Costa, que también debutaba como finalista en un torneo de la máxima categoría y que, extraordinariamente motivado, derrotó a Ferrero con un incontestable 6-1, 6-0, 4-6 y 6-3.

Tampoco se cubrieron su aspiraciones en el Campeonato de España, donde tuvo que abandonar por lesión; ni en Wimbledon, eliminado en segunda ronda frente al estadounidense Jeff Morrison; ni en el Abierto estadounidense, donde no pudo superar al chileno Fernando González para colocarse en octavos. A finales de septiembre recuperó el espíritu ganador y superó a Carlos Moyà en la final del torneo de Hong Kong. Un mes más tarde, derrotó a Corretja en el Masters Serie de Madrid aunque cayó en cuartos de final ante el estadounidense Agassi. Clasificado por vía directa para disputar el Masters de Shanghai, merced a su cuarta posición en el ranking ATP, debutó en el torneo con una derrota frente a Federer. En la segunda jornada, el jugador valenciano recuperó todas sus aspiraciones después de vencer al estadounidense André Agassi y logró el pase a semifinales merced a una nueva victoria fente al checo Jiri Novak. También ganó a su compatriota Carlos Moyà y disputó la final frente al australiano Lleyton Hewitt que, por segundo año consecutivo, fue el verdugo de Ferrero en el torneo de los maestros.

Ya en la temporada 2003, Ferrero se convirtió en la gran esperanza del tenis español en el Open de Australia después de que todos sus compatriotas cayeran eliminados en las primeras rondas. El de Onteniente logró clasificarse para cuartos de final pero perdió su partido ante el surafricano Wayne Ferreira y se frustraron sus aspiraciones de llegar más lejos en el primer gran torneo del año. Semanas después revalidó su título en el torneo de Montecarlo tras superar en la final al argentino Guillermo Coria. Cayó en semifinales del Trofeo Godó ante el ruso Maraf Safin pero ganó con facilidad el torneo de Valencia frente al belga Christophe Rochus.

En los primeros días de mayo, a sólo dos semanas del inicio de Roland Garros, el tenista de Onteniente abandonó por lesión el Masters de Roma. Pero reapareció en París con su mejor tenis para eliminar en tercera ronda al británico Tim Henman, en octavos a Félix Mantilla, en cuartos al chileno Fernando González y en semifinales al defensor del título, Albert Costa. Así, se plantó en la final del Abierto francés por segundo año consecutivo y, en esta ocasión, no dejó escapar la oportunidad de obtener su primer título de Grand Slam. Ferrero se impuso con un contundente 6-1, 6-3 y 6-2 al holandés Martin Verkek y levantó la preciada Copa de los Mosqueteros.

Sin apenas tiempo para disfrutar la victoria de París, Ferrero llegó a Wimbledon con el objetivo de plasmar, también sobre hierba, su extraordinario momento de juego. Por primera vez en su carrera, el tenista valenciano logró clasificarse para octavos de final pero el francés Sebastien Grosjean frenó su progresión en la Catedral británica del tenis. En Nueva York, y con ocasión del Open USA, Ferrero volvió a demostrar la solvencia de su raqueta también sobre superficies rápidas. Se impuso con autoridad al australiano Hewitt en cuartos y al estadounidense Agassi en semifinales, antes de caer derrotado en la final ante Andy Roddick. No logró el de Onteniente sumar un nuevo título de Grand Slam a su palmarés pero la regularidad de su concurso en los grandes torneos le convirtió en el nuevo número uno de la clasificación ATP.

Siete semanas después de alcanzar la cima del ranking mundial, Ferrero conquistó el Masters Series de Madrid; su primer título en una pista rápida (indoor). Pero días más tarde, su derrota ante el checo Novak en el París-Bercy puso fin a su idilio con el liderato del tenis mundial. Fue reemplazado por el estadounidense Andy Roddick. Tampoco tuvo el de Onteniente una buena actuación en el Masters; último gran torneo de la temporada del que fue prematuramente apeado por Andre Agassi. Con todo, Ferrero concluyó el año en el tercer puesto del ranking ATP, por detrás de Andy Roddick y el suizo Roger Federer.

Tras un mal comienzo 2004, al perder en primera ronda del torneo de Sydney ante Chris Guccione, alcanzó por primera vez las semifinales del Abierto de Australia, pese a jugar con molestias en la espalda, pero perdió con Federer. El 28 de enero le fue concedido el Premio Felipe de Borbón de los Premios Nacionales del Deporte, concedido por el Ministerio de Educación, Ciencia y Deporte. Los problemas musculares le impidieron jugar la eliminatoria de Copa Davis contra los checos, y en febrero alcanzó la final de Rotterdam donde perdió con Hewitt. Más tarde enfermó de varicela, y tras recuperarse de su convalecencia, ganó en abril sus dos puntos de Copa Davis contra Holanda (4-1). Después de otro breve parón por problemas en la muñeca y una fisura en la zona intercostal, a finales de mayo cayó en segunda ronda del Roland Garros ante el ruso Igor Andreev, y días después perdió en tercera ronda en Wimbledon. Tras unos decepcionantes Juegos Olímpicos de Atenas, a finales de septiembre sumó su único punto para la victoria sobre Francia (4-1) en las semifinales de Copa Davis. Sin embargo, en la final de esta competición sólo participó en los dobles junto a Tommy Robledo, partido que perdieron pero que no empañó la actuación del equipo español, pues venció al equipo estadounidense gracias a los partidos ganados por Carles Moyà y un jovencísimo Rafael Nadal, y conquistaron la segunda ensaladera, un hito histórico para el tenis español.

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  • 0011 ISC.