Fernando III, emperador del Sacro Imperio (1608-1657).
Emperador del Sacro Imperio (1637-1657), rey de Hungría (1625-1655) y de Bohemia (1627-1657) y archiduque de Austria, nacido en Graz el 13 de julio de 1608 y muerto el 2 de abril de 1657.
Perteneciente a la dinastía de Habsburgo, fue hijo de Fernando II y de María Ana de Baviera. Vivió una niñez sencilla y feliz en la corte provincial de Estiria y pronto demostró una gran inteligencia. Durante sus primeros años su salud fue bastante precaria y cuando en 1619 su hermano mayor, Carlos, murió, nadie creía que Fernando le sobreviviría mucho tiempo. Sin embargo su salud mejoró y durante su adolescencia se convirtió en un perfecto caballero y un destacado jinete. En vida de su padre ciñó las coronas de Hungría y Bohemia. Recibió la corona de San Esteban en 1625, durante una pausa de las campañas de Fernando II contra Bethlen Gabor; en 1627 fue coronado rey de Bohemia en Praga, convirtiéndose en el primer rey hereditario del país tras la promulgación por parte de Fernando II de una nueva constitución para el reino. Desde entonces Fernando formó además parte del concilio imperial, demostrando una gran inteligencia e independencia de criterio, sobre todo en sus críticas a la política financiera de su padre, el emperador. Formó así una corte propia a su alrededor, aunque las relaciones con su familia fueron muy cordiales y no existió entre él y su padre antagonismo, sinó en general un espíritu de colaboración.
Tras el asesinato del general Wallenstein (1634) el rey de Hungría recibió el mando de las fuerzas austriacas, ayudado por un triunvirato de oficiales veteranos: Piccolomini, Gallas y Aldringen, el último de ellos en nombre de las fuerza de la Liga Católica. En julio de 1634 los protestantes diversificaron el escenario de la guerra: los sajones, dirigidos por Arnim trataron de penetrar en Silesia; los suecos y sus aliados de la Liga de Heilbronn, bajo el mando compartido de Gustav Horn y Bernardo de Sajonia-Weimar, trataron de conquistar el sudeste de Alemania. Arnim invadió Bohemia y pronto llegó frente a Praga, mientras que las fuerzas de la Liga de Heilbronn sitiaban Landshutm, en Baviera. Pero los éxitos protestantes se vieron contrarrestados por la reconquista de Ratisbona y Donauwörth por las tropas imperiales comandadas por Fernando de Hungría, que restableció así el contacto entre Baviera y las tierras de los Habsburgo. Después Fernando sitió la ciudad protestante de Nördlingen y esperó la llegada de su primo, el cardenal-infante Fernando, que acudía con un ejército de 15.000 hombres reclutados en España y en sus posesiones italianas. Los Habsburgo reuniero así un ejército de 33.000 hombres frente a los 25.000 de las fuerzas de Gustav Horn. La batalla tuvo lugar el 6 de septiembre de 1634 con una total victoria de Fernando de Hungría. En palabras del conde-duque de Olivares Nördlingen fue para los católicos "la mayor victoria de nuestro tiempo". Supuso la retirada a Alsacia de Bernardo de Sajonia-Weimar y el retroceso de las fuerzas suecas al sur del Main.
Al suceder a su padre como emperador (1637) y asumir la cabeza del estado debió tomar una decisión crucial: debió elegir entre ser un soberano alemán o austriaco y eligió lo segundo, centrando su imperio en la confederación de los estados de Austria, Bohemia, Hungría, Silesia, Estiria, Carintia, Carniola y el Tirol. Fernando dio un nuevo impulso a la guerra y obligó a los suecos a evacuar Sajonia, pero a partir de 1638 comenzó a perder ventaja, debido sobre todo a la alianza entre Francia y Suecia. En 1640 las victorias de sus enemigos, la desmoralización general en Alemania y los intentos de sus aliados de alcanzar la paz por separado, llevaron al emperador a proponer la reunión de la Dieta Imperial por primera vez desde 1613, con el fin de allanar el camino para una paz general. La apertura de la Dieta se celebró en Ratisbona en septiembre de 1640. La decisión más importante refrendada en esta asamblea fue la revocación del Edicto de Restitución, como se verá más adelante.
Las conversaciones de paz que no llegaron a prosperar y en 1642 la guerra se reanudó con redoblado ímpetu. Los imperiales continuiaron retrocediendo y el general sueco Torstensson se apoderó de Silesia y de varias plazas de Moravia, conquistando después Sajonia. En 1645 un ejército austriaco fue destrozado por el mismo general en Gankowitz, al mismo tiempo que Rakoczy penetraba por el este. La dimisión de Torstensson precipitó el final de la guerra, que continuó, no obstante, desfavorable para los imperiales, que se vieron arrebatar numerosas plazas por los franceses. Para emepeorar la situación, el duque de Baviera, aliado de los austriacos, firmó la paz por separado y poco después se concluía la paz general en Westfalia.
En Hungría Fernando III hubo de luchar casi desde su advenimiento con Rakoczy y depués con el hijo de éste, pero en 1655 logró imponerse y aseguró la corona de San Esteban para su hijo Leopoldo.
En el plano religioso Fernando III continuó la política contrarreformista de su padre, pero sin llegar a la violencia, debido a que sus decisiones eran acogidas con docilidad. Sin embargo la búsqueda de una paz general a comienzos de su reinado pasaba por readmitir en la dieta imperial a los administradores protestantes afectados por el Edicto de Restitución y a los príncipes que estaban en armas contra él. Para ello el emperador cedió y a pesar de las protestas papales, en 1641 Fernando III abandonó el Edicto: el poder secular conservaría las propiedades ecleisásticas que poseía el 1 de enero de 1627. Personalmente fue un monarca piadoso y patriota, amante de las artes y sobre todo de la música, que él mismo llegó a cultivar con acierto. En 1648 el organista de la corte, Wolfgang Ebner, publicó una serie de composiciones de este monarca y, que fueron reeditadas en 1892 por G. Adler.
Bibliografía
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EVANS, R. Felix Austria: l'ascesa della monarchia absburgica, 1550-1700. Bolonia, 1981.
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HANTSCH, H. Die Entwicklung Österreich-Ungarns zur Gro_macht. Freiburg: Herder, 1933.
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INGRAO, C. W. The Habsburg Monarchy. Londres, 1995.
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