A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
HistoriaPolíticaBiografía

Fernando II, Rey de Portugal (1816-1885).

Rey consorte de Portugal y regente del reino en varias ocasiones, nacido en Coburgo el 29 de octubre de 1816 y fallecido en el palacio das Necessidades de Lisboa el 15 de diciembre de 1885. Evitó cuanto pudo participar directamente en la política nacional, pero se mostró como un generoso mecenas para las artes portuguesas.

Hijo del duque Fernando Jorge Augusto de Sajonia Coburgo Gotha y de la princesa húngara doña María Antonia Gabriela, recibió una exquisita educación y pronto dio muestras de un precoz talento artístico. En 1835 don Augusto Fernando (tal era su nombre) fue escogido para casar con la joven reina viuda de Portugal, María II. Dirigió las negociaciones para el matrimonio el conde de Lavradio, que fue el representante de la reina, siendo el de don Fernando, el barón de Carlowit. El contrato matrimonial estipulaba que don Fernando debía renunciar a la herencia húngara de su madre y que recibiría una pensión anual en el caso de que su esposa, la reina, muriese. Además se acordó que don Fernando recibiese el título de rey de Portugal en el caso de que naciese un heredero. El matrimonio por poderes tuvo lugar el 1 de enero de 1836 y al día siguiente don Fernando fue nombrado general del ejército y coronel honorario del 5º batallón de cazadores. Llegó a Lisboa el 8 de abril y el 9 se celebró el enlace religioso.

Desde el comienzo los liberales mostraron su disgusto por el nombramiento como general de don Fernando, pero el gobierno no podía negar al marido de María II tales honores, que ya había sido otorgados a su anterior esposo. Pero cuando en mayo don Fernando fue nombrado presidente de la Academia Real de las Ciencias las manifestaciones comenzaron a ser violentas y el ejército tuvo que intervenir para sofocarlas. El 25 de octubre de 1836 fue fundada la Academia de Bellas Artes de Lisboa, de la que los reyes se declararon protectores. Don Fernando recibió el título de rey con el nacimiento de su primogénito, el príncipe don Pedro , el 16 de septiembre de 1837.

Don Fernando, que había pretendido mantenerse apartado de la política, fue nombrado comandante en jefe del ejército después de que la revolución llamada de María da Fonte causase la sustitución del ministerio y el liberal duque de Saldanha recibiese el cargo de jefe de Estado Mayor. Pero tras la victoria de los cartistas de 1851 el duque de Saldanha se sublevó contra el conde de Tomar y el rey debió encabezar una campaña contra Coimbra, que terminó con la reafirmación en el poder de Saldanha y la humillante concesión de la reina de apartar a don Fernando del ejército.

La calma volvió al país y en abril de 1852 la familia real portuguesa comenzó un viaje por el reino, visitando Vila Franca de XIra, Alcobaça, Pombal, Leiria, Coimbra y Oporto, donde fueron recibidos con el mayor entusiasmo. El 15 de noviembre de 1853 murió la reina, con tan sólo 34 años de edad y el Consejo de Estado, reunido en el palacio das Necessidades, nombró regente a Fernando II, en tanto el príncipe don Luis fuese menor de edad. Don Fernando confirmó al ministerio que se encontraba en el poder a la muerte de María II, presidido por el duque de Saldanha, que continuó con la labor regeneradora. Durante los dos años que duró la regencia, se establecieron los telégrafos eléctricos en Portugal, se reformaron las circunscripciones administrativas, continuó la instalación de vías férreas por todo el país y se acometieron diversas obras públicas, como la iluminación a gas de la ciudad de Oporto.

El 16 de septiembre de 1855 Pedro V alcanzó la mayoría de edad y don Fernando le entregó el gobierno del país. El relevo de sus responsabilidades le permitió realizar un viaje por el sur de España entre abril y junio de 1856. Don Fernando participó de forma caritativa en la institución de la sopa económica, durante la epidemia de fiebre amarilla que asoló el reino en 1857. El rey Pedro V murió de forma inesperada el 11 de noviembre de 1861 y don Fernando volvió a asumir la regencia mientras su hijo Luis, heredero entonces de la corona, regresaba a Portugal, a pesar de que un supuesto como el que se daba no estaba recogido en la ley de abril de 1846, que había posibilitado a don Fernando ser regente durante la minoridad de don Pedro. La regencia duró sólo dos días, hasta que Luis I asumió el trono el 14 de noviembre, pero, puesto que la epidemia de fiebres tifoideas se había cobrado ya la vida de tres de los infantes, el rey promulgó la ley del 12 de febrero de 1862, por la que don Fernando volvería a la regencia en el caso de la ausencia de un rey. Aquel mismo año don Fernando rechazó la oferta de asumir el trono de Grecia, después de que una revolución en aquel país hizo que su monarca se refugiara en una fragata inglesa.

Don Fernando realizó un nuevo viaje a España entre mayo y octubre de 1863 y entre el 1 de octubre y el 30 de diciembre de 1865 volvió a la regencia del reino, mientras Luis I y su esposa se encontraban visitando Italia. Volvió a desempeñar el mismo cargo en 1867 por la ausencia de los reyes con motivo de la exposición universal de París; en esta ocasión, que fue la última, detentó la regencia durante un mes y medio.

Cuando en 1868 la revolución de España hizo que la reina Isabel y la familia real tuviesen que huir del país, el gobierno provisional, que de ninguna manera quería la instalación de la república, ofreció la corona española a Fernando II, con la esperanza, además, de consumar la unidad ibérica. Éste rechazó oficialmente el ofrecimiento. Pero en 1869 don Fernando casó con la condesa de Edla, Elisa Hensler y la cuestión de la coronación en España se volvió a plantear. Finalmente don Fernando se entrevistó con el embajador español, don Ángel de los Ríos, y aceptó la propuesta, poniendo como condición que las coronas española y portuguesa nunca podrían ser ceñidas en la misma cabeza; como el principal motivo por el que se había considerado la candidatura de don Fernando era precisamente la unión de ambos reinos, la cuestión quedó zanjada y en España se buscaron otros candidatos.

A partir de entonces don Fernando tomó parte en diversos actos internacionales en representación de Portugal y fue nombrado presidente de la comisión que debía coordinar la participación portuguesa en la exposición de Viena de 1873. Visitó la exposición de París de 1877 y de él partió la iniciativa de la exposición de arte ornamental de 1881, cuya comisión organizadora presidió. Viajó con frecuencia al balneario de Royat y pasó los últimos años de su vida sufriendo una dolorosa enfermedad.

Fernando II mostró siempre una especial predisposición a las artes, que le valió el apelativo de el Rey Artista. Desempeñó el cargo de presidente del Real Conservatorio de Lisboa y se interesó mucho por el desarrollo de las artes escénicas. Fue un pródigo mecenas que estimuló los estudios de arte y compró numerosas obras de artistas portugueses; asistía a todas las fiestas en las que fomentaba el desarrollo artístico y él mismo fue un hábil barítono que usaba su voz con maestría. Se esforzó por conservar el patrimonio portugués y adquirió importantes edificios para salvarlos del abandono o del vandalismo. Su testamento, sin embargo, causó una enorme decepción, ya que no dejó nada para obras de beneficencia o para el desarrollo del patrimonio nacional.

Bibliografía

  • BIRMINGHAM, D. Historia de Portugal. Cambridge, 1995.

  • MEDINA, J (dir.) História de Portugal: dos tempos pré-históricos aos nossos dias. Madrid, 1996.

  • PAINE, S. Breve Historia de Portugal. Madrid, 1987.

  • VIANA, H. Capítulos de Historia luso-brasileña. Lisboa, 1968.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero