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FilosofíaReligiónBiografía

Eliade, Mircea (1907-1986).

Historiador de las religiones, rumano. Nacido y muerto en Bucarest. Estudió filosofía en la universidad de Bucarest, y fue influido sobre todo por N. Ionescu, el ideólogo de la derecha rumana, orientación que Eliade mantendrá sin ocultarla, durante toda su vida. En Roma siguió lecciones de G. Gentile y conoció a G. Tucci y E. Buonaiuti. Estudió en la universidad de Calcuta y en el ashram (ermita) de Rishikesh, en el Himalaya. Fue agregado cultural rumano en Londres y Lisboa, y ejerció como profesor en La École des hautes études de París y en la universidad de Chicago.

Eliade es uno de los más importantes especialistas en el chamanismo (El chamanismo y las técnicas del éxtasis, 1951), en el yoga (El yoga. Inmortalidad y libertad, 1954), y en las relaciones entre magia y alquimia (Alquimia asiática, 1935; Artes del metal y alquimistas, 1956). Ha escrito también obras de carácter más general como: Lo sagrado y lo profano (1956); Tratado de historia de las religiones (1949); El mito del eterno retorno (1949); Historia de las creencias y las ideas religiosas (cuatro vols., 1979-83).

Reviste especial importancia su concepción del mito y de la religión. El mito es un acto de creación autónoma, independiente de las condiciones socio-económicas, y su valor reside en su carácter de hierofanía, es decir, de revelación de lo sagrado. El significado del mito trasciende a la historia, puesto que ésta añade siempre significados nuevos a los símbolos arcaicos. El mundo del mito se mueve siempre en la polaridad de lo sagrado (reconocido como realidad verdadera) y de lo profano (de carácter irreal). Por tanto, la única comprensión válida del mito es la religiosa. El mito tiene también un valor arquetípico, que constituye el modelo y el ejemplo para todas las acciones humanas y para toda la realidad. Una historia comparada de las religiones debe identificar en las diversas hierofanías de las distintas religiones la modalidad común de lo sagrado. La relación entre lo sagrado y lo profano no se resuelve en una simple oposición, porque lo sagrado se manifiesta a través de lo profano, lo cual se sacraliza al convertirse en símbolo de lo sagrado.

Subraya también Eliade la diferencia entre tiempo sagrado y tiempo profano. Mientras que éste es en sí mismo una duración evanescente, el tiempo sagrado es una sucesión de eternidad periódicamente recuperable durante las fiestas, que forman el calendario sagrado, y por eso ese tiempo sagrado se configura como eterno retorno. Los acontecimientos cósmicos e históricos tienen, por consiguiente, un significado en tanto que reactualizan la realidad sagrada del tiempo primordial.

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Autor

  • CCG.