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PolíticaHistoriaBiografía

Ludendorff, Erich (1865-1937).

Militar y político alemán. Nació el 9 de abril de 1865 en Kruszewnia, cerca de Posen (Prusia polaca) y murió el 20 de diciembre de 1937 en Munich. Alcanzó el grado de general y fue uno de los más destacados militares alemanes en la Primera Guerra Mundial, tanto en el frente del Oeste como del Este. Al final del conflicto fue el principal responsable de la política militar y la estrategia de Alemania. Tras la guerra, creó su propio movimiento político de tendencia nacionalista, con el que salió elegido diputado en dos ocasiones.

Actividad militar

Era hijo de un floreciente propietario de tierras y capitán de caballería alemán. Su madre era miembro de una familia aristocrática sueca. En 1877 inició su vida militar cuando ingresó en la escuela de cadetes de Plön de donde salió como oficial de infantería. Debido a su gran cualificación en el campo militar, en 1893 ingresó en la Academia de Guerra. Poco después sirvió en el gran estado mayor bajo las ordenes de los generales Schlieffen y Helmuth Moltke. Militar de gabinete más que de mando en campo, en 1905 fue incorporado al almirantazgo de la marina de guerra alemana. En 1906 se le cambió de destino y entre ese año y 1908 permaneció como profesor de la Academia militar. En el último año de los mencionados fue nombrado jefe de sección en el Estado Mayor general. En 1911 ascendió en el escalafón al grado de coronel. Se encargó de la dirección de la sección de operaciones y en tal puesto la misión que recibió le llevó a la realización del plan de concentración de tropas con las que se realizaría una maniobra de envolvimiento invadiendo Bélgica y que más tarde se llevó a cabo contra Francia en 1914. Este plan excluía otras opciones como la de invasión del flanco sur entre Lorena y Suiza. Su visión militar le había llevado al convencimiento de que de cara a la carrera armamentística en la que se había involucrado Europa antes del estallido de la Primera Guerra Mundial, hacía imprescindible un estrecho entendimiento entre el mando político y el militar de la sociedad.

Su intensa labor en este campo, sus reiteradas y exageradas peticiones de más y más efectivos, hizo que ciertos ambientes militares no le vieran con buenos ojos y que en 1912 se le destituyera de su destino. Después recibió un nuevo puesto y fue promovido para un nuevo ascenso cuando en abril de 1914 se le nombró mayor general y además se le dio el mando de la 85ª brigada de infantería, que estaba asentada en Estrasburgo. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial se le nombro maestre de campo con un nuevo destino, el del Estado Mayor del segundo ejército. Fue en este destino, cuando actuaba bajo las ordenes de Emmich, donde se hizo cargo de las operaciones de la conquista de la neutral Bélgica, que culminaron el 6 de agosto con la conquista del fuerte de La Chartreuse, que defendía la plaza fuerte de Lieja, ciudad que era tenida por inexpugnable. Dicha conquista fue realizada por parte de la 14ª brigada de infantería. Tras este éxito fue nombrado el 22 de agosto jefe de Estado Mayor de Von Hindenburg. Éste estaba al mando del octavo ejército alemán en la Prusia Oriental, por lo tanto ya en el frente del oriental contra los Rusos. En el frente oriental participó en la creación de la estrategia que permitió las grandes victorias alemanas de Tannenberg y de los lagos Masurianos o Mazurianos, donde su habilidad en las maniobras de envolvimiento, que ya había mostrado en la toma de Lieja, fue sobresaliente. Estos éxitos provocaron que en noviembre de ese mismo año fue ascendido al generalato con el grado de general de división. Igualmente a su habilidad como estratega se debieron las derrotas de Serbia y Rumanía entre 1915 y 1916. El siguiente ascenso no ocurrió ya hasta agosto de 1916, y ascendió cuando fue nombrado general de cuerpo de ejército y primer maestre de campo del Estado Mayor de Von Hindenburg cuando este sustituyó, a Falkenhayn.

Fue cuando estaba en tal situación cuando, gracias sobre todo a su gran capacidad organizadora, tomó parte en la gestión interna del Estado Mayor general. Ello le permitió participar especialmente en el programa que había ideado Hindenburg de dominio de la política militar y civil del imperio alemán, de modo que hicieron dimitir al canciller e iniciaron un sistema semidictatorial de gobierno. Esto condujo a una actitud pangermanista y a la intensificación, en el frente occidental, de la guerra submarina, que tenía como fin el estrangulamiento económico de Inglaterra. En el frente oriental se buscó la paz con Rusia y a esto se llegó con la firma del tratado de Brest-Litovsk con las nuevas autoridades bolcheviques de la Rusia revolucionaria (véase: Revolución Rusa). También influyó militarmente en la dirección de una agresiva campaña prevista para la primavera/verano de 1918, nuevamente en el frente del Oeste, y para lo cual se ideó la ruptura de las defensas de Francia antes de que la ayuda de las tropas estadounidenses, que llegaron en 1917 a consecuencia de la intensificación de la guerra submarina, se hiciese efectiva. Dicha campaña se inició el 21 de marzo pero había sobreestimado la capacidad del ejército alemán. Sin embargo tales planes fracasaron con la victoria del mariscal francés Foch en la batalla del Marne y se inició un imparable avance aliado en el otoño de 1918. Este avance hizo que la rendición de los aliados alemanes, el imperio Austro-Húngaro, Bulgaria y el imperio Otomano, parecieran inminentes. Debido a ello fue por lo que urgió al gobierno alemán, el 29 de septiembre, a que se iniciaran negociaciones de paz con los aliados antes que estos pisaran suelo alemán. En estos momentos Ludendorff necesitó ayuda siquiátrica ya que la tensión acumulada durante tantos años, la desazón por la probable derrota y las consecuencias de la frenética actividad laboral, habían hecho mella en su estado de salud. Pero cuando se enteró de las condiciones que los aliados proponían para la firma del armisticio, propugnó la continuación de la guerra. Cuando constató la desgana política por ello presentó su dimisión al Kaiser Guillermo II el 26 de octubre, éste se la aceptó mientras ordenaba a Von Hindenburg que permaneciera en su puesto. Ludendorff se retiró a Suecia, a la localidad de Hessleholmsgard, en noviembre de 1918, cuando dio inicio el movimiento revolucionario en Alemania que culminó con el destierro del Kaiser a la neutral Holanda y, tras ello, la creación de la República de Weimar. Sin embargo regresó a Berlín en la primavera de 1919 y de allí pasó a la tradicionalista, y católica, región de Baviera. Fue en ese momento cuando dio inicio a su carrera política fuera del ejército.

Actividad política

Se puede considerar que la acción política de Ludendorff se inició ya durante la guerra, cuando rompió la tradición por la cual los oficiales de estado mayor no se entrometían en los aspectos políticos de la guerra. Ya fuera del ejército, inició una actividad política para la cual fabricó la imagen del comandante incomprendido al que no se permitió ganar la guerra por oscuros motivos y conspiraciones internacionales. En 1920 participó en una primera intentona golpista que estuvo a cargo de Wolfgang Kapp y del general Walter von Lüttwitz, pero que fracasó (véase: Putsch de Kapp). Nuevamente participó en otra conspiración, el que fue denominado Putsch de Múnich de noviembre de 1923, que fue un intento de golpe de estado ultra nacionalista contra la República de Weimar. Tal participación, en noviembre del año mencionado y una vez que fracasó, le llevó ante los tribunales bajo la acusación de alta traición, pero resultó absuelto de cualquier posible responsabilidad. Tras el juicio se unió con von Graefe frente al Partido Popular de la Libertad, con el que en mayo y diciembre de 1924 resultó elegido como diputado del Reichstag. Pero en 1925 abandonó la jefatura del partido mencionado mientras que la organización política de Adolf Hitler le propuso como candidato a la presidencia de la República, votación en la que solo obtuvo doscientos diez mil sufragios. En unas segundas elecciones fue Von Hindenburg el que se presentó como candidato de la coalición de partidos de derechas, por los que Ludendorff se retiró de la misma, contra todo pronóstico quiso mantenerse fiel a la constitución que había jurado y se presentó a la candidatura de la presidencia por una coalición de partidos contra Hitler. Nuevamente sin apoyo en las urnas, emprendió al margen del nacionalsocialismo una acción política personal. En esta tuvo mucha influencia su segunda esposa, Matilde von Kemnitz.

Este último apunte da paso al análisis de la compleja relación de Ludendorf con las mujeres. Su primera esposa, que al parecer tenía una gran belleza, se divorció de quien estaba casada y se casó a continuación con Ludendorff, quien finalmente se divorció de ella en 1926. Ese mismo año conoció y se casó con su segunda esposa, la mencionada Matilde, que, nacida en Spiess por lo que también era conocida como Matilde von Spiess. Era una prestigiosa neuróloga y filósofa de cierta popularidad, aunque su comportamiento era un tanto excéntrico. Ella, que le adulaba como el verdadero comandante en jefe de los Alemanes, le imbuyó unas ideas de religiosidad pagana que hizo que fundara una asociación bajo la denominación de Tannenberg Bund.

Fue en esta situación en la que se produjo, en 1927, su solemne abjuración de la religión protestante, que quería cambiar por un neopaganismo según el ideario de una secta a la que denominó “Conocimiento alemán de Dios”, que tenía su propio órgano de expresión, la revista Am heiligen Quell deutscher Kraft ('En la sagrada fuente de la fuerza alemana'), revista que obtuvo una gran difusión desde 1935. Este movimiento era la plasmación extrema del ideario racista de Adolfo Hitler. En ella Ludendorff preconizaba que la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial se había debido a una conspiración que a nivel mundial había sido urdida por el judaísmo, el catolicismo y los francmasones. Según su ideario, el alemán había de combatir hasta la muerte estos movimientos, fuerzas destructoras del espíritu alemán, con el fin último de la aniquilación de las mismas. La fuerza para llevar a término tan ingente tarea vendría dada por al vigor que el pueblo recibiría de la tradición pagana de los pueblos germánicos. El objetivo se convirtió en el resurgir de la postrada Alemania y hacer de ella una nación unida e indestructible, que impondría su dominio sobre toda Europa y después sobre todo el mundo. Para ello habría que emplearse un único método, la guerra, que se convirtió en algo despiadado, cruel, total y sagrada. En la actividad guerrera adquiría un nuevo temple las energías espirituales alemanas, que se convertían en la razón de ser de la raza escogida. Así, si von Clausewitz había indicado a mediados del siglo XIX que la guerra era la continuación de la política por otros medios, Ludendorff afirmaba que la política debía servir a la guerra, en la cual se movilizaba el conjunto de las fuerzas morales y físicas de la nación. No obstante el relativo éxito, dicho movimiento y el ideario ideológico en el que se sustentaba no sobrevivió a su fundador, que murió en 1937.

Autor prolífico, realizó obras tanto de carácter estratégico militar como políticas, e igualmente una intensa labor editora que le llevó a la edición de la revista ya mencionada y de otra bajo el título de Ludendorff Volkswarte. Escribió un libro de memorias, Meine Kriegserinnerungen, 1914-1918. En 1919 fueron traducidas en Inglaterra con el título My War Memoirs, 1914-1918. En España fue traducido en 1920 bajo el título, Mis recuerdos de la Guerra: 1914-1918. Entre sus obras destaca Der total Krieg de 1935 y donde hace exaltación de su idea sobre la guerra que hemos mencionado arriba. Otra obra importante fue Kriegführung und Politik, también de 1919 y que versaba sobre la jefatura militar y la acción política. De su segunda esposa, su autobiografía, que salió al público bajo el título Statt Heiligenschein oder Hexenzeicher mein Leben en 1932, también nos daba una imagen de Ludendorff y su vida en común.

Bibliografía

  • LIVESEY, A., Grandes batallas de la Primera Guerra Mundial. Barcelona, Optima, 2001.

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