A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
HistoriaPolíticaBiografía

Liebknecht, Karl (1871-1919).

Dirigente socialista alemán, nacido el 13 de agosto de 1871 en Leipzig (Sajonia) y muerto el 15 de enero de 1919 en Berlín. Fue, junto a Rosa Luxemburgo, el principal líder del ala radical del Partido Socialdemócrata durante la Primera Guerra Mundial y creador del llamado Movimiento Espartaquista, antecedente inmediato del Partido Comunista Alemán. Tras la proclamación de la República de Weimaren 1918, en enero del año siguiente Liebknecht encabezó un frustrado intento de revolución social, de cuya represión fue una de las primeras víctimas.

Era hijo de Wilhelm Liebknecht, uno de las principales figuras del socialismo alemán y cofundador, junto a August Bebel, del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). Karl nació mientras su padre se encontraba en prisión, acusado de alta traición contra el Reich por sus actividades subversivas. Creció en un clima de terror causado por la violenta represión lanzada contra el movimiento socialista por el canciller Otto von Bismarck. La penuria económica que padeció la familia mientras el padre estuvo en prisión le impidió recibir una educación cuidada. Sin embargo, Karl estudió por su cuenta historia natural, poesía, arte y música. Posteriormente, gracias a la ayuda financiera del Partido Socialdemócrata, cursó estudios de derecho y economía política en las universidades de Leipzig y Berlín, obteniendo el título de doctor por esta última. En 1893-1894 prestó servicio militar en la Guardia de Pioneros del Imperio en Potsdam y, posteriormente, se trasladó a Westphalia, donde ejerció como abogado. En 1898 regresó a Berlín para iniciar su carrera política en las filas del SPD. En 1900 contrajo matrimonio con Julie Paradies, con quien tendría tres hijos. Su esposa murió diez años después y, en 1912, Liebknecht se casó con Sophia Ryss, una culta mujer de origen ruso.

Comenzó a destacar dentro del movimiento socialista a partir de su actuación como defensor de un grupo de campesinos sin tierra en un juicio celebrado en Königsberg en 1904. Los campesinos habían sido acusados de infiltrar propaganda socialista en la Rusia zarista desde Alemania. Liebknecht convirtió su alegato de defensa en una auténtica apología pública a favor de la socialdemocracia y en contra de la política militarista del Kaiser Guillermo II.

El estallido de la Revolución rusa de 1905 le convenció de la posibilidad de llevar a cabo una revolución social a partir de las fuerzas del proletariado militante. Se entregó a trabajar entre la juventud socialista, en cuya educación tenía puestas sus esperanzas de conseguir un amplio rechazo del militarismo imperialista. En 1907 fundó la Unión Internacional de Organizaciones Socialistas Juveniles en Stuttgart y, ese mismo año, la publicación de su obra Militarismo y antimilitarismo fue causa de su detención y encarcelamiento. Condenado por sus actividades subversivas, pasó dieciocho meses en la prisión de Glatz, en Silesia. En esta época, su actividad al frente de las juventudes socialistas le había convertido en una de las cabezas visibles del movimiento obrero alemán. Estando todavía en prisión, fue elegido diputado de la Asamblea (Landtag) de Prusia y, en 1912, miembro del Reichstag (parlamento alemán).

Desde su escaño en el Reichstag se convirtió en uno de los principales portavoces de la oposición a la política militarista del Reich en vísperas del estallido de la Primera Guerra Mundial. Pero su radicalismo le enfrentó al ala mayoritaria del SPD, que había adoptado una línea política revisionista y gradualista a partir del pensamiento político de Eduard Bersntein, apartándose de la doctrina básica del marxismo, que Liebknecht defendía. Ello le granjeó la enemistad del líder del partido, el moderado Friedrich Ebert, enemigo declarado de la revolución social que preconizaba el ala izquierdista dirigida por Liebknecht.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, Liebknecht encabezó la oposición parlamentaria contra la política bélica y reclamó con vehemencia el fin inmediato de la conflagración, mientras el resto de las fuerzas políticas, incluida el ala mayoritaria del SPD, prestaba su apoyo incondicional a la política de defensa de la patria adoptada por el gobierno. Al igual que había hecho su padre al declararse la Guerra Franco-prusiana en 1870, en enero de 1915 Liebknecht fue el primer miembro del Reichstag en votar en contra de los créditos de guerra propuestos por el gobierno y en lanzar un llamamiento a la sociedad alemana para transformar la guerra exterior en una revolución socialista interior.

Sus sólidas convicciones antimilitaristas no le salvaron de ser reclutado por el ejército del Reich, si bien no como combatiente, debido a sus responsabilidades en la asamblea de Prusia y en el Reichstag. Sirvió en el sector de Düna, en la retaguardia del frente ruso, trabajando en las cocinas de campaña y como enterrador. En octubre de 1915 su terrible experiencia en el frente le produjo un colapso físico y fue licenciado. Al año siguiente, su decidida oposición a la política patriótica de Friedrich Ebert, líder del SPD, le valió la expulsión del partido, junto a otros miembros del ala radical. Separado del parlamento, Liebknecht formó, junto a Rosa Luxemburg y Clara Zetkin, la llamada Liga Espartaquista (Spartakusbund), que se puso al frente de la oposición clandestina contra la política bélica. A través de sus panfletos, el movimiento espartaquista llamó al proletariado alemán a unirse en contra del régimen imperial y a luchar por la implantación de una sociedad igualitaria según los principios del marxismo. El propio Liebknecht se encargó de editar las célebres Cartas de Espartaco, órgano oficial del movimiento espartaquista en la clandestinidad.

El 1 de mayo de 1916 participó en una manifestación de trabajadores en Berlín que exigía el fin de la guerra con las potencias aliadas. Liebknecht lanzó un llamamiento a la rebelión social contra el gobierno y atacó duramente a las fuerzas políticas implicadas en la defensa del Reich. Por ello fue detenido y encarcelado, acusado de alta traición contra el Estado, al igual que Rosa Luxemburg. A pesar del encarcelamiento de sus dirigentes, el movimiento espartaquista continuó difundiendo su propaganda subversiva y preparando el advenimiento de la revolución, una vez se hizo evidente la derrota alemana en la guerra. En prisión, Liebknecht trabajó como zapatero, esperando que la futura caída de la monarquía tras la guerra abriera las puertas a una revolución social semejante a la que había triunfado en Rusia en 1917.

En octubre de 1918, el gobierno dirigido por el príncipe Max de Baden tuvo que afrontar el estallido revolucionario en las calles de Berlín, que motivó la proclamación de la República de Weimar en noviembre. Ante el marasmo político del Reich, Baden ordenó la liberación de Liebknecht, quien inmediatamente se puso al frente de la agitación revolucionaria. El gobierno de la URSS celebró su puesta en libertad con una espléndida cena en la embajada rusa en Berlín. Exultante ante las posibilidades que se vislumbraban en el futuro inmediato, Liebknecht proclamó su voluntad de luchar por el triunfo de una revolución comunista a través del movimiento espartaquista. Sin embargo, éste era, en realidad, un grupo minoritario con escasa influencia en los medios obreros, controlados por el SPD de Friedrich Ebert. Liebknecht y Rosa Luxemburg trataron de aunar bajo la dirección del recién creado Partido Comunista Alemán (KPD) a los elementos radicales, pero chocaron con la oposición de Ebert, que, nombrado jefe del gobierno, se declaró dispuesto a acabar con cualquier atisbo de revolución de signo bolchevique. Los sangrientos enfrentamientos que se produjeron entre las fuerzas policiales del gobierno de Ebert y los grupos radicales que operaban en Berlín culminaron en enero de 1919 en un prematuro intento del movimiento espartaquista por hacerse con el poder por la fuerza. La represión no se hizo esperar, dirigida eficazmente por el socialdemócrata Ebert. El 15 de enero de 1919, cuando eran conducidos a prisión tras su detención, Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht fueron ejecutados por un grupo de paramilitares contrarrevolucionarios, con la excusa de que habían intentado escapar. Su brutal muerte a los 47 años convirtió a Liebknecht en una figura venerada del comunismo alemán.

Bibliografía

  • BADÍA, G. Los espartaquistas. Barcelona, 1971.

  • DÍAZ-ESPINOSA, J.R. La crisis de la democracia alemana. De Weimar a Nüremberg. Madrid, 1986.

  • MEYER, K.W. Karl Liebknecht: Man Without a Country. Londres, 1957.

Autor

  • Victoria Horrillo Ledesma