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HistoriaBiografía

Aviraneta e Ibargoyen, Eugenio de (1792-1872).

Escritor y revolucionario español, nacido en Madrid, el 13 de noviembre de 1792, y muerto en esta misma ciudad, el 8 de febrero de 1872.

Era hijo del guipuzcoano Felipe de Aviraneta, afrancesado y, probablemente, agente secreto de los patriotas; y de Juana Josefa Ibargoyen, irunesa e hija de un militar. Tras vivir algunos años en Madrid, se trasladó a Irún, albergado en la casa de un comerciante hermano de su madre, para que aprendiese francés y pudiese dedicarse al comercio. Efectivamente, vivió en Irún, con visitas a Bayona y, según su biógrafo Baroja, en Irún fundó con otros muchachos una sociedad secreta que llamó El Aventino.

Al comenzar la Guerra de la Independencia, Aviraneta decidió incorporarse a las partidas, siendo destinado a la del Cura Merino, de la que luego pasó a la del Empecinado. Es probable que, entre 1814 y 1820, Aviraneta viajara por diversos países de Europa y América; sí se conoce a ciencia cierta que estuvo en México, y que regresó a España a finales de 1819, aunque hay quien le supone tomando parte en la Conspiración del Triángulo o de Richart en 1816 (lo que no se ha podido demostrar). Lo que sí es cierto es que en 1820 fue nombrado primer regidor de Aranda de Duero, y que en tal condición el alcalde Juan González de Navas y él dirigieron una "Representación al Gobierno", publicada por El Constitucional (Madrid, diciembre de 1820).

De nuevo, en 1821, combatió a las órdenes del Empecinado, esta vez contra el canónigo Barrio y el cura Merino, precisamente. Más tarde, volvió a Aranda, y al parecer comenzó, en 1822, una serie de misiones secretas (incluyendo un viaje a París), y nuevos combates ocasionales, todo ello para salvar la libertad. En 1823 el Empecinado le mandó a Extremadura y allí, una vez que hubiese penetrado en Portugal, fue hecho prisionero de los realistas portugueses, aunque se fugó de su prisión y pudo ganar Gibraltar.

Su vida en esta época es la típica del aventurero: Gibraltar, Tánger, etc. Baroja añade, incluso, Alejandría y Grecia. En 1825 se marchó de nuevo a México, debido a que también allí tenía parientes. Intervino en las luchas civiles mexicanas, colaborando en El Veracruzano libre contra El Mercurio Veracruzano. El 25 de julio de 1827 fue agredido por un militar, que le creía autor de varios artículos políticos, recibiendo numerosos golpes. Este suceso trajo consigo la enérgica protesta de, entre otros, Manuel López de Santa Anna.

Aviraneta concibió un plan en 1828 para que España mandase una expedición militar a Nueva España, no para reducirla de nuevo al nivel de colonia, sino para imponerle un príncipe como rey, guardando sólo Veracruz y San Juan de Ulúa como garantía del cumplimiento de los Tratados. Luego tomó parte en la expedición Barradas, de la que fue secretario político, pero, ante el fracaso, se refugió en Nueva Orleans. En esta ciudad, el 27 de octubre de 1829, publicó una carta en La Abeja, (en el nº 44), en la que defendía la conducta de las tropas españolas en Tampico. De la Luisiana pasó a La Habana, en donde aún trató de urdir nuevos planes, todos imposibles.

Regresó a Europa en 1830. No conocemos con detalle sus pasos. Se sabe que estuvo en el centro de la conspiración llamada La Isabelina, en 1834, por la que fue preso durante algún tiempo. La poca consistencia de esta conspiración es, con toda probabilidad, obra suya: parece ser el autor de los Estatutos de la Confederación general de los guardadores de la inocencia o Isabelinos, fechados en Madrid el 1 de marzo de 1834. Este mismo año Aviraneta colabora en El Regenerador, periódico de Barcelona, en cuyos números 1 y 2 publicó "Lo que debería ser el Estatuto Real, o derecho público de los españoles", obra que tuvo edición aparte ese mismo año en Zaragoza.

Tomó parte en los sucesos de Barcelona en 1836, motivo por el cual fue expulsado a Canarias, en donde residió dos meses, y de allí logró pasar a Cartagena, siendo perseguido por Mendizábal, y se halló en Málaga a tiempo de verse semienvuelto en la revolución malacitana de 1836. En junio de 1837 pasó a Francia, en misión secreta, pues al parecer ya había concebido su colosal plan de acabar con la guerra civil. Desde esta fecha hasta el abrazo de Vergara, la biografía de Aviraneta se confunde con sus intrigas entre los campos carlista y liberal, con el formidable invento de los documentos falsos llevados al Cuartel general carlista y bautizados con el nombre de El Simancas. En todo ello fue el Ministro de Hacienda Pío Pita Pizarro el principal valedor de Aviraneta. La especie de que Espartero le quiso fusilar o que ordenó su asesinato parece, cuando menos, dudosa.

En su Vindicación (Madrid, 1838), alude a artículos suyos en El Eco del Comercio y en El Eco de la Razón y de la Justicia. Siguió intrigando, en 1840, contra los carlistas de Cataluña, e intervino en las disensiones entre María Cristina y Espartero, cambiando frecuentemente de partido, denunciando logreros, y actuando con frecuencia al servicio de causas muy poco populares. Algunas de sus cartas de su actuación como espía en 1840 han sido publicadas por Mª del Carmen Simón Palmer.

Escribió Memoria dirigida al Gobierno español, sobre los planes y operaciones, puestos en ejecución, para aniquilar la rebelión de las provincias del Norte de España. La especie de que Narváez pensó en él en 1846 para Ministro de la Gobernación pertenece también a la leyenda o a la imaginación de uno de sus enemigos, Martínez Villergas. Sí se recompensaron sus trabajos dándole el empleo de intendente militar de segunda clase el 31 de diciembre de 1851.

Retirado en Madrid, se casó, el 4 de noviembre de 1852 con Ana Enriqueta Josefina de Esperamons, actriz francesa. En compañía de Diego Flores Suazo, empleado en el Boletín Oficial del Ministerio de Hacienda, el 24 julio 1854 fue preso por un individuo armado, quien lo condujo al Repeso en la Plaza Mayor. El presidente de la Junta revolucionaria de este punto preguntó al aprehensor qué delito habían cometido, y la respuesta fue que en lugar de mirar al suelo, habían mirado a los arcos de la Plaza. Iba a ponerlos en libertad, pero tanto insistió el individuo que por orden de la Junta superior de Armamento pasaron incomunicados a la cárcel del Saladero. Flores fue puesto en libertad el 4 de agosto, pero Aviraneta permaneció incomunicado hasta el 17, pasando entonces a la autoridad judicial. El vocal secretario de la Junta superior de Armamento de Madrid, que firma estas diligencias, se llamaba Francisco Salmerón y Alonso.

Aviraneta, después de esta experiencia, se fue a vivir cuatro años a San Sebastián, volviendo después a Madrid. Escribió "Contestación a los autores de la vida del General Espartero", Madrid 1864, y "Las guerrillas españolas o las partidas de Brigantes" (de 1870). Póstumas aparecieron Mis Memorias íntimas. 1825-1829.

Bibliografía

Fuentes

Memoria dirigida al Gobierno español. (Toulusse, 1841).
Mis Memorias íntimas. 1825-1829. (México 1906).

Estudios

BAROJA, PÍO. Siluetas románticas. (Madrid, 1934.)
ORTIZ ARMENGOL, PEDRO. Aviraneta y diez más. (Madrid, 1970.)
CASTILLO PUCHE, JOSÉ LUIS. Memorias íntimas de Aviraneta. (Madrid, s.a.)
FRANCO, JOSÉ LUCIANO. Política continental americana de España en Cuba. (La Habana, 1964.)
PANDO, MANUEL. Memorias del reinado de Isabel II. 3 vols. (Madrid, 1964.)
BORDAS, LUIS. Historia de la revolución y guerra civil de España. (Barcelona, 1847.)
El Tío Camorra. (Madrid, 1847.)
GONZÁLEZ DE LA CRUZ, RAFAEL. Historia de la emigración carlista. (Madrid, 1846.)
SOSA, LUIS DE LA. "Conspiradores y espionaje: Aviraneta", en Revista Nacional de la Educación. (Madrid, 1943.)

A. GIL NOVALES.

Autor

  • Gil Novales.